"Hemos visto el horror en películas, documentales, pero Auschwitz-Birkenau debería ser una visita obligada"
Expósito visita con el equipo de La Linterna el campo de concentración en el que los nazis exterminaron a centenares de miles judíos
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Hemos encendido La Linterna en el campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau. Se cumplen 80 años de la liberación de este horror por parte del ejército rojo de Stalin. Primera paradoja. A solo 200 kilómetros de donde estoy, Putin mantiene su guerra contra Ucrania. Una guerra que ya cuenta con 300.000 o 400.000 muertos.
Hace frío. Mucho frío en Polonia. Estamos a 6 o 7 bajo cero. No puedo imaginar morir de frío hace 80 años, devorado por los piojos, famélicos por el hambre con tan solo un pijama de rayas. Recorrer Auschwitz es aprender historia con un nudo en la garganta. Cada escena que vives es más sobrecogedora. Hace varios años, adentro de un zapato pequeño se encontró escrito el nombre del niño, Amos, probablemente escrito por su madre. Sabemos que Amos, el niño y la madre murieron aquí en Auschwitz. De toda la familia, solo su padre sobrevivió.
También se encontró la maleta del padre, Ludwig. Y es que hemos visto el horror en películas, documentales, pero mantengo que Auschwitz-Birkenau debería ser una visita obligada para estudiantes de toda Europa. Y me viene a la cabeza 'La zona de interés', la peli, y Rudolf Hess, el jefe nazi de Auschwitz. Hemos visitado su horca, donde fue ejecutado.
Rudolf Hess, el primer comandante de Auschwitz, vivía en esta casa, ahí a la izquierda, detrás de los árboles, con su familia, con su mujer, con sus hijos, la zona de interés. Era muy cómodo para la familia vivir ahí. Después de la guerra, Hess se escondió durante un tiempo con un falso nombre, pero fue cogido, fue transportado a Polonia y condenado a la muerte. Ejecutado en 1947 en la horca.
Hemos recorrido la fábrica de Oskar Schindler. Resulta muy impresionante cómo, en medio de la monstruosidad más aberrante a la que puede llegar el ser humano, aparecieron algunos ángeles. Él salvó todo lo que podía. De Cracovia sacó a mil personas, 700 hombres y 300 mujeres, y fue lo máximo que pudo. Murió en Alemania. Los judíos que había salvado habían cumplido su voluntad y le enterraron en Jerusalén. Ahí descansa, en un cemeterio católico. Y lo más duro, lo más imborrable para este equipo, para Álvaro, Nekane, para Mata y para mí, los supervivientes del Holocausto, como Josef, un polaco de 82 años. Mira, no hay nada más atroz que un anciano llorando de pena al hablar de sus padres.
Se cumplen 80 años de la liberación de Auschwitz-Birkenau, el mayor campo de exterminio nazi, cuatro meses antes del fin de la Segunda Guerra Mundial. El próximo lunes, 27 de enero, los líderes de Medio Mundo estarán aquí, a sólo 200 kilómetros de la Guerra de Ucrania. Un equipo de La Linterna nos hemos anticipado unos días para no olvidar ese infierno, para hacer memoria, para aprender y para mirar hacia la frontera y la guerra de Rusia. Ah, y mi postdata.