Ángel Expósito: “La política española se parece a un culebrón de TV mexicana”
El malo sigue igual de malo, los amantes siguen a lo suyo, la millonaria sigue siendo millonaria y el buenazo... que no se entera de nada
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Ni pizca de ganas. Seamos sinceros. Ni pizca de ganas de volver a trabajar para hablar de los mismos y de las mismas.
Esto parece un culebrón mexicano de esos de tropecientos mil capítulos que te tiras semanas sin verlo y cuando te reincorporas consigues reengancharte al guion como si nada. Porque no ha pasado nada.
El malo sigue igual de malo, los amantes siguen a lo suyo, la millonaria sigue siendo millonaria y el buenazo... que no se entera de nada.
Bueno, pues en nuestra política ha pasado un mes desde la no investidura de Pedro Sánchez, ¿te acuerdas? Y tampoco ha pasado nada. Vuelves de vacaciones y te reenganchas como si tal cosa. A saber...
Pedro Sánchez se sigue creyendo el rey del mambo. Se cree el líder supremo del G7, se cree el político español más importante desde la Transición y se cree el líder supremo de lo que quede de la Unión Europea tras el Brexit.
Y resulta que no, que el rey va desnudo, porque Pedro Sánchez sigue dependiendo de Pablo Iglesias, de Rufián, de un PNV al que ahora presentan como progresista, reformista, feminista y hasta de izquierdas. Te lo juro... el PNV es de izquierdas.
Pedro Sánchez depende hasta de Bildu, y él lo sabe, y los de Batasuna también.
Por eso, a estas alturas del culebrón, y tras el capítulo de ayer en el GZ, me pregunto... por la “contracumbre” con artistas invitados como Otegui, Marta Rovira (la huida de ERC a Suiza, por si no te acuerdas), un tal Pla que resultó ser el último jefe de ETA, alguno de Podemos y perroflautas del mundo unidos.
Solo fatal Puigdemont, Torr y una de los Pujolone, por eso de que Andorra también está en los Pirineos.
¿Cómo habrá explicado Pedro Sánchez (si se lo preguntaron en la cena, que no lo creo) que esos son sus socios en la investidura, en los presupuestos, en Navarra o en la Moncloa?
No sé qué es peor, que el rey vaya desnudo o que le revistan de apoyo y abstenciones estos socios de la contracumbre.
Y es que el fondo de la cuestión, no es otro que si Sánchez y esta tropa llegan a un pacto o si vamos a elecciones en noviembre.
¿De qué depende una cosa y la otra? Pues muy sencillo, de lo que piensen en Moncloa sobre el futuro y la demoscopia. Si unas nuevas elecciones ratificaran y reforzaran a Sánchez en ese supuesto frente progresista... ¡JA! Entonces iremos a elecciones el 10 de noviembre.
Si por el contrario, en Moncloa sospechan que PP, Ciudadanos y Vox consiguen sumar...entonces, Sánchez e Iglesias llegarán al paco del último minuto. Da igual cómo,con quién o para qué. La clave está en que Podemos, Ciudadanos y Vox no sumen.
Y aquí afrontamos la única novedad, al menos en la teoría, de este mes de agosto. Y esa novedad no es otra que por primera vez en mucho tiempo, esa suma del centro, la derecha y la más derecha... es posible.
Como lo ha sido en Andalucía, en Madrid, en Zaragoza, en Málaga, en Castilla y León, en Murcia o en Pamplona.
¡OJO! Que la idea del “España Suma” al modo Navarra no es ninguna tontería. Desde el punto de vista demoscópico es evidente, pero pasa que desde el punto de vista personal, no es tan fácil.
La clave: Albert Rivera. Por esa idea de “España Suma” significaría reconocer por parte de Rivera que él es el segundo sumando de esa suma. Y eso, a estas alturas, se atisba complicado.
Y así está el patio, tal y como lo dejamos. El culebrón de esta España nuestra continúa tal y como lo dejamos. Digamos que con la política a su tran tran, cobrando sus sueldos por nada, y tú, lo siento, pensando ya en el tercer trimestre del IVA y en el segundo plazo del IRPF que está ahí, a la vuelta de la vuelta al cole.
Se siente pero, en efecto, este culebrón ha cambiado muy poco.