Guerra en Gaza: Esta es la enfermedad psicológica que desarrollan las personas secuestradas
La psicóloga, Aurora García Moreno, ha explicado en 'La Linterna' cómo afecta un secuestro a las personas y si se puede superar psicológicamente
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Desde que comenzó el conflicto entre Israel y Hamás, al menos 240 personas han sido secuestradas, de ellas, un centenar ya están en libertad. Los testimonios que cuentan al salir son desgarradores. Han estado días cerrados en túneles repletos de basura y barro. Muchos de ellos heridos, recibiendo lo justo para comer con un único sonido de fondo los bombardeos.
Yocheved es la hija de una mujer de 85 años liberada por Hamás y explicaba que "mientras se la llevaban fue golpeada con palos por gente de Saba hasta llegar a los túneles". La madre de Uri también fue secuestrada. Elma, de 84 años, estaba en su casa cuando los terroristas entraron y se la llevaron. "Había alrededor de 100 terroristas corriendo por el Kibutz gritando, quemando cosas, secuestrando a gente, fueron asesinadas 15 personas en este Kibutz".
Fueron días de desconcierto hasta que pudieron tener información sobre la mujer. Por suerte les confirmaron que seguía con vida en Gaza. "Un familiar nos envió una foto que encontró de mi madre secuestrada, estaba sentada en una moto con una mujer adelante a la que no reconocemos con dos terroristas armados". Si esta experiencia se convierte en una pesadilla para todos, imagina para uno niño pequeño que no sabe lo que pasa y al que es necesario distraerle.
¿Cómo puede afrontar una persona un secuestro?
Vivir una situación como esta es algo bastante complicado. La neuropsicóloga, Aurora García Moreno, explicaba en 'La Linterna' que "va a depender de esas características personales, de cara al afrontamiento y las consecuencias más a como reaccionar al secuestro, de esa actitud en la capacidad de adaptación, también es muy importarte la situación del secuestro, el trato que se haya recibido. Pero ocurre algo pedagógico, la persona se adapta por el miedo a perder la vida, es como si se sacrificaran por sobrevivir".
La hermana de Diego ha estado 50 días secuestrada y cuando salió, no podían dejar de abrazarse. "Lo abrazamos 5 minutos, un día le daban un pedacito de pan con queso, otro un poquito de arroz, todo medido, estaban con hambre todo el día". Tras la liberación, la estabilidad emocional se ve afectada. "Es imposible olvidar, privar de la libertad a alguien impide mostrarse como uno es, genera mucho miedo, ansiedad. También a la hora de expresar las emociones que siente, de explicar lo que ha vivido, va a repercutir para retomar sus roles antes del secuestro, hasta recolocar lo sucedido y conseguir restablecer esa estabilidad emocional", decía Aurora.
El estrés postraumático es una de las consecuencias más graves
Y añadía que una de las consecuencias más graves es "el estrés postraumático que puede derivar en conductas impulsivas e incluso suicidas". Esto en los niños tiene consecuencias para siempre, "porque estos niños pueden experimentar depresión, dificultad para establecer relaciones interpersonales y por parte de la familia, es muy importante que le den mucho cariño para que la recuperación sea favorable".
La angustia de los familiares también está presente en estos casos. Merav es la tía de un niño de apenas 9 años que fue secuestrado y que, por suerte, ya está en casa. "Todavía estamos muy emocionados, fueron secuestrados todos juntos, ahora estamos planeando que vuelvan a la vida normal, lo más rápido posible, el más pequeño no sabe que es tan famoso, ni siquiera su madre".
Para las familias, no saber qué será de ellos es horrible. Aurora mencionaba que "afecta mucho la incertidumbre, necesitan ser escuchadas para expresar lo que sienten. Es muy importante la información para reducir la angustia y estrés y sobre todo para reorganizar la situación familiar".
Los secuestrados por mafias o terrorismo se pueden recuperar psicológicamente, pero como decía Aurora, "con el trabajo duro, terapéutico y mucho tiempo, pero tanto la familia como los propios liberados. Hay que ayudarles a cambiar esos pensamientos, incluso las conductas negativas que pueden interferir en la estabilidad emocional. Hay que intentar la tragedia en anécdota y una cosa muy importante el cambiar el porqué a mí, por el porqué no a mí".