Nanda recuerda cómo supo que sus hijos sufrían violencia vicaria y por qué los abogados lo desestimaron
Nanda Santana cuenta en La Linterna cómo descubrió que sus hijos sufrían violencia vicaria y por qué la llama "de baja intensidad"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Nanda Santana es superviviente de violencia de género y violencia vicaria y, después de pasar por todo ese infierno, ha tenido el coraje de relatar su experiencia en el libro 'Te haré la vida imposible: cómo sobreviví a la violencia machista, psicológica y vicaria'. Así, ha contado este martes en La Linterna su dura experiencia, cómo supo que sus hijos sufrían violencia por parte de su padre y qué opinan de que esté contando su historia en los últimos años.
En primera instancia, ha querido recalcar que “los medios se refieren a la violencia vicaria cuando llega al extremo del asesinato, pero hoy en día hay miles de niños y niñas en España sufriéndolo sin ser asesinato”. “Yo no sé qué es más horroroso, si que te quiten la vida, o la muerte en vida”, lamenta. Así, insiste en que los niños tienen derecho a crecer y vivir en un entorno libre de violencia, y en España tenemos una ley integral para la protección de la infancia, aun así, critica que “el sistema tiene unas grietas tan brutales que, por ellas, se cuela la violencia”.
Cómo supo que sus hijos sufrían violencia vicaria
“Yo empecé esta historia cuando uno de mis hijos me dijo que su progenitor le pegaba”, le explica Nanda a Expósito los micrófonos de La Linterna. “Hay una violencia que yo la llamo de baja intensidad, porque no da pie a un parte de lesiones”. Recuerda la mujer en COPE que precisamente los abogados desestimaron seguir con las denuncias al faltar ese parte de lesiones. “A mí me dijeron los abogados que, si no había parte de lesiones, no había nada que hacer, a pesar de que les tiraban de la oreja, del pelo, le daban tortas y cachetadas”, lamenta.
“Mis hijos tenían 6, 8 y 10 años y, en esas edades tu padre y tu madres son tus dioses y, si lo estás maltratando desde pequeño, le rompes el autoestima”, confiesa en COPE, a la vez que matiza que estos hechos ocurrieron en 2013, cuando “ni siquiera existía en la opinión pública el concepto de violencia vicaria”. “La violencia en la infancia deja una huella brutal, una huella profunda que lastra la vida del adulto”.
“Mi hogar se convirtió en un infierno”
Pero, ¿cuál es la situación psicológica actual de Nanda? Ocho años después de que empezara a contar su historia, le asignaron un psicólogo que le dijo que era un caso de violencia de manual y que le extrañaba que no se hubiese vuelto loca. “No es que te puedas volver loca, es que tengo un montón de señoras a las que han vuelto locas sus maltratadores”, desvela Nanda que le aseguraron quienes le trataron.
“Mi hogar se convirtió en un infierno en el que todo era violencia, de mis hijos contra mí, mis hijos contra ellos mismos, y la de un señor, que no entiendo cómo utilizar a sus hijos para vengarse. Hay deseos de venganza, hay un patrón común y todos tienen los mismos rasgos psicopáticos”, concluye.