Jorge Bustos: "El agua es el elemento vital de los peces como la mentira es el elemento vital de Sánchez"
El periodista analiza la actualidad política en La Linterna en el día en el que arrancan las vacaciones de Sánchez en Lanzarote
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Pedro Sánchez ha aterrizado ya en Lanzarote para inaugurar sus vacaciones en el palacio de La Mareta. Seguramente él cree que se las merece, pero yo creo que las vacaciones de Pedro Sánchez nos las merecemos sobre todo los demás. Ya que no sabe, no quiere o no puede explicar ni el pacto fiscal con Esquerra que quiebra la solidaridad nacional y la tradición socialdemócrata, ni los negocios de su esposa que le han valido una imputación por corrupción, casi mejor que esté lejos, quieto y callado.
Total, nada de lo que diga Sánchez hoy está a salvo de lo que diga Sánchez mañana, o un cuarto de hora después. Su relación con la mentira es simbiótica, muy parecida a la que tienen los peces con el agua: ni siquiera se percata de su existencia porque vive en ella. El agua es el elemento vital de los peces igual que la mentira es el elemento vital de Sánchez. Si dijera la verdad, seguramente se ahogaría.
Claro que él no lo llama mentir sino cambiar de opinión. Uno de los cambios de opinión más aparatosos lo acaba de sufrir María Jesús Montero, que en menos de un mes ha pasado de defender el régimen común para Cataluña, como corresponde a una ministra de Hacienda que piensa que Hacienda somos todos, a defender el rancho aparte de los separatistas, como corresponde a la capataz de un señor feudal que piensa que algunos territorios están exentos de tributos si con eso él conserva su castillo. Lo malo es que el precio que le imponen sus caseros independentistas al inquilino de La Moncloa lo pagamos todos y no para de crecer, porque el Estado -que se inventó para garantizar la igualdad, la libertad y la fraternidad de todos- no para de menguar.
Ahora el encargado de consumar la traición del socialismo español a la solidaridad entre ciudadanos de todos los territorios es Salvador Illa, que tiene cara de buena persona y se declara heredero del humanismo cristiano. Yo también soy un ferviente partidario del humanismo cristiano, pero mi edición del Evangelio no dice que los más pobres deban ser ignorados por los más ricos, sino más bien lo contrario. Los juglares de Pedro aseguran que Illa ha enterrado el procés, y es cierto que don Salvador tiene cara de sepulturero. Pero si el procés ha muerto, será porque ha muerto de éxito: lo empezó Artur Mas cuando Rajoy le negó el mismo pacto fiscal que acaban de conseguir.
Las palabras de Feijóo en COPE
Quien sí ha hablado hoy, en concreto esta mañana en COPE es el líder de la oposición. Alberto Núñez Feijóo se recupera favorablemente del desprendimiento de retina que ha sufrido (y que explicaría que no haya comparecido en público en los últimos días) y ha concedido una entrevista a Carlos Herrera que ha dejado varios titulares. Para Feijóo, España vive una situación de emergencia nacional que justifica convocar a todos los presidentes autonómicos del PP, que representan a la mayoría territorial del país, para armar una respuesta conjunta al desafío de la financiación autonómica.
Alguien podría pensar que no será tan urgente el desafío descrito por Feijóo si hay que esperar a septiembre para armar la respuesta. Va a ser verdad que para algunas cosas agosto sigue siendo agosto. En todo caso el líder del PP hará bien en acopiar fuerzas, porque la vuelta al cole promete emociones fuertes.
Las críticas de Puente al Supremo
Otro que también ha hablado hoy es Óscar Puente. En cuanto me enteré de que Puente había hablado corrí a consultar el dato de inflación de los alimentos. Porque cada vez que Puente habla sube el pan, o descarrila un tren o se desencadena un nuevo conflicto diplomático. Como juegue al golf igual que habla, supongo que el ministro se pasará el día recogiendo bolas del pantano del campo o del pueblo de al lado. Por eso tiene gracia que alguien como él acuse al Tribunal Supremo de “extralimitarse” por no aplicar la amnistía al gusto de Puigdemont y Sánchez, como ha hecho esta mañana en una entrevista de radio.
Así que da lecciones de contención a los jueces un ministro que ha hecho de la extralimitación constante una marca de estilo. Pero Óscar Puente ha hecho algo más grave aún: ha anticipado ya la decisión que va a tomar el Tribunal Constitucional respecto de Carles Puigdemont, como si Cándido Conde-Pumpido fuera un colega de gabinete, un ministro o un militante más del PSOE. Y lo triste es que eso exactamente es lo que proyecta de sí mismo el presidente de este Tribunal Constitucional politizado hasta la náusea que se dedica a borrar las condenas de los ERE para ayudar al socialismo andaluz a levantar cabeza electoral. Como si eso fuera posible tras el pacto insolidario con ERC. Buena suerte con eso, señor Espadas.
En fin, que estamos en mitad de agosto y la política no nos deja descansar. Cómo añoramos aquellos viejos tiempos, cuando la política era aburrida porque se cumplía la Constitución y el verano lo dedicábamos a hablar de los posados de los famosos, del trofeo Teresa Herrera y del Joan Gamper. Que por cierto, se me había olvidado entre tanta política, se juega este lunes.