Rocío Cano, una de las 18 mujeres entre 300 TEDAX, recuerda la primera vez que desactivó un explosivo

La jefa de Sección Operativa del Centro de Investigación Terrorista de la Policía Nacional explica en COPE cómo realiza su trabajo llevando un traje de más de 30 kilos

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Rocío, una de las 18 mujeres entre 300 TEDAX, recuerda la primera vez que desactivó un explosivo

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La Policía Nacional cumple 200 años. A lo largo de su historia han vestido diferentes uniformes. Antes de 1978 vestían de color gris, luego vistieron de color marrón hasta el 86 y, desde entonces, utilizan el azul que actualmente llevan.

También esta vestimenta cambia en función de las distintas unidades del cuerpo. Una de ellas son los TEDAX, Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos. Aquí trabajan más de 300 policías y solo 18 son mujeres, como Rocío Cano, la jefa de Sección Operativa del Centro de Investigación Terrorista de la Policía Nacional. Cuando se acerca a desactivar un explosivo, por seguridad, se tiene que poner un traje que pesa más de treinta kilos.

Rocío, una de las 18 mujeres entre 300 TEDAX, recuerda la primera vez que desactivó un explosivo

Pesa tanto, que es complicado moverse con él. Lleva también un casco de protección que pesa seis kilos. Le protege del posible impacto en caso de explosión y también del calor. Es muy incómodo de llevar, porque supone un estrés térmico importante.

La tédax Rocío Cano habla abiertamente sobre el miedo desactivando explosivos

Rocío entró en el cuerpo Nacional de Policía hace 25 años. Se quería dedicar en un principio a la policía científica y para ello se licenció en química, pero descubrió que lo que realmente le gustaba era desactivar artefactos explosivos. Entre el casco, y el traje, moverse, resulta muy complicado: “Cuando te pones el traje por primera vez sientes una inseguridad falsa, pero me lo puse con motivación y fui hacia el objetivo -que, en este caso, era un artefacto real reglamentario-, actué de la forma más rápida y mejor que supe, y aquí estoy contándolo”.

Como le decía Rocío a Adolfo Arjona en COPE, la primera vez que uno se pone ese traje, no se olvida. Tampoco la última, y da igual las veces que te lo pongas, el miedo siempre está ahí: “El miedo es algo positivo en el sentido de que ese miedo hace que reacciones en el trabajo de forma tranquilo. Es un facto que, bien controlado, me va a asegurar que no haga cosas indebidas o innecesarias. Un poquito de miedo es imprescindible”.

Rocío, una de las 18 mujeres entre 300 TEDAX, recuerda la primera vez que desactivó un explosivo

Rocío Cano a cada llamada acude con su equipo para desactivar artefactos que pueden estallar en cualquier momento, desde explosivos a otros compuestos por agentes nucleares, químicos o radiológicos. Cuando reciben un aviso, los minutos iniciales son fundamentales. Empiezan a recabar información, seleccionan el material que van a llevar y se dirigen hacia el objetivo: “No lo piensas, llegas hasta tu sobre/paquete/artefacto y una vez allí trabajas sin pensar de la forma más rápida posible y te vas. Cuando llegas a casa, ya en frío, piensas que a lo mejor has hecho una barbaridad porque el riesgo lo tienes ahí, pero no te da tiempo a pensarlo, lo piensas a posteriori”.

Estamos entrenados para saber que el primer error es el último”

El miedo por la situación, el peso del traje... Ella nunca olvidará esa primera vez que desactivó un explosivo. No es fácil lidiar con una situación como esta. Cada vez que viste este traje es consciente que le puede salvar la vida, pero a la vez le anticipa que se la puede jugar: “Estamos entrenados para saber que el primer error es el último, por lo que no nos podemos permitir el lujo de tener la inseguridad y, al echar el pie, no empezar a andar”.

Una de las cualidades que tiene que tener un TEDAX son la frialdad y la fuerza. El caso de Rocío así lo demuestra. Pero cuando no está ejerciendo su profesión, cuando cuelga el traje, asegura que su vida es de lo más normal: “Creo que ninguno de mis compañeros tiene aversión hacia mí, intento serlo más amable posible y, en este trabajo, lo más difícil es la relación humana”.

Los TEDAX han realizado ya más de 400.000 intervenciones, 15.000 de ellas con artefactos explosivos reales. Además, más de 15 agentes ya han perdido la vida en estas operaciones. Los especialistas en desactivar estas bombas arriesgan su vida en cada una de sus actuaciones, aunque los medios para ello han cambiado mucho a lo largo de los años desde que se creó la unidad en 1975. Incluso tienen un robot, el AUNAV, desarrollado por la propia Dirección General de Policía y que mediante control remoto disminuye los riesgos que puedan encontrarse.

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