Una mujer emigra de Chile a España y, 50 años después, se saca el doctorado en Zaragoza al contar su historia
La ahora Doctora Mónica Díaz llegó muy joven a España y nunca dejó de luchar por su sueño. Ángel Expósito y Silvia Martínez lo cuentan en La Linterna
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Mónica Díaz es una mujer de 80 años que vive en Zaragoza. Ha pasado toda su vida trabajando y cuidando de sus 3 hijos. Una historia totalmente corriente de no ser porque Mónica emigró de Chile cuando era joven y ahora, con su edad, se acaba de doctorar en la Universidad de Zaragoza. Sin duda hablamos de una mujer que siempre ha perseguido sus sueños.
Ella y su marido huyeron de Chile cuando el país estaba bajo la dictadura de Pinochet. El primer destino de esta huida fue Cuba, pero al ver que la situación no era muy distinta de la que tenían en su país, decidieron dejar también Cuba atrás con un nuevo destino, esta vez España. “Llegamos durante el gobierno de Adolfo Suárez, nos coincidió un momento en la puerta de entrada estaba un poco más abierta, así que solicitamos la visa, nos la dieron y nos vinimos aquí” ha contado Mónica en La Linterna.
Mónica ha estudiado varias carreras a lo largo de su vida. Cuando llego a España empezó a trabajar en el mundo de la cultura como profesora de teatro y colaboraba en varias asociaciones, pero ella quería seguir formándose. Esto la llevo a matricularse en Historia del Arte en la Universidad de Zaragoza cuando tenía 45 años. “Tuve mucha suerte en aquel momento porque yo vivía muy cerca del campus. Entré en horario vespertino y al vivir tan cerquita tardaba muy poco en ir y venir y eso me ayudó mucho”.
Madre, trabajadora y estudiante
Rodeada de libros. Así ha vivido esta Chilena de nacimiento y maña de corazón toda su vida. Su pasión por el arte, la cultura o la historia siempre la han llevado a tener un proyecto detrás de otro, por lo que cuando acabó la carrera de Historia del Arte, comenzó a estudiar su doctorado. Todo mientras cuidaba de sus tres hijos y seguía trabajando. “Estuve estudiándolo dos años, pero no prosperó, porque todavía trabajaba, tenía familia en casa y realmente no llegué”.
“Mi primera hija nació teniendo yo 24 años, entonces tienes unos años que te dedicas mayormente a la crianza. Luego, cuando me jubilé, sin obligaciones familiares, puedes plantearte otro tipo de cosas” Relató Mónica. Con otro tipo de cosas se refiere, por ejemplo, a la creación de la Asociación de Mujeres Latinoamericanas de Zaragoza para promover su cultura. En ese momento se dio cuenta de que no se hablaba de ellas en España, y se percató de que podía investigar sobre el papel de las mujeres para visibilizarlas en la cultura española. Y se puso a escribir su doctorado sobre el papel de las mujeres bajo la dictadura de Pinochet, y así acercar a estas mujeres a nuestra sociedad.
“Las mujeres del hemisferio sur no estábamos representadas para nada, se ignora todo lo que pasa con la mujer en América latina. Creo que acerté con el tema, porque me mantuvo motivada desde el primer minuto hasta el último”. Mónica dice que hay dos vidas, la que te toca vivir y en la que puedes plantearte que quieres hacer realmente, y para ella estudiar forma parte de esa segunda.
El viaje no acaba con el doctorado
A la gente le hace gracia que con 80 años Mónica haya sacado su doctorado pero, claro, nada en esta vida es gratis y ella lleva entrenando su cerebro toda la vida. “Yo no he parado nunca de estudiar. Si a mí me planteas ir a la montaña del pirineo a hacer senderismo me costará, pero ponme a estudiar, que yo digo que es entretenido y divertido para la gente que le gusta”.
Pese a que siempre se ha sentido muy conectada con sus raíces, Mónica nunca había vuelto a Chile y otra de las cosas que le ofreció este doctorado fue volver a su país para documentarse, aunque no le resultó nada fácil. “Tuve dos bestias negras durante este doctorado. La primera el problema de la informática, el otro la falta de bibliografía que tenemos aquí de temas latinoamericanos. Cuando fui, que estuve tres meses, lo más importante era poder entrevistar a la gente y visitar las bibliotecas, era muy complicado por el tema de la pandemia”.
Todo esto acabó en una tesis de más de 450 páginas, “La situación de las mujeres chilenas ante la dictadura”. Pero para la Doctora Mónica Díaz, la aventura continua, ya que tiene otros proyectos en mente como “retomar la pintura, que intentaba preparar una exposición, pero no lo podía compaginar y continuar con la asociación que yo creo que estamos haciendo una labor muy digna y meritoria. No claudicaré. Ese es mi lema”.