Antonio Herraiz: "Cuando ocupaban pisos de los bancos, algunos que ahora están en el Gobierno lo celebraban"
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Te quiero hablar ahora de Luis. Su historia es la de miles de españoles que ven cómo les usurpan su vivienda con total impunidad. Los padres de Luis fallecieron y la casa en la que vivían quedó vacía. Unos delincuentes la asaltaron y se metieron dentro. Lo de okupas con “k” queda muy romántico, pero no, son delincuentes. A partir de ese momento, Luis y sus hermanos emprendieron una batalla legal para recuperar lo que con tanto trabajo y esfuerzo habían levantado sus padres. Han ganado el juicio, pero los asaltantes se resisten a abandonar la casa. De hecho, siguen bañándose en la piscina. Luis se lo ha contado a Carlos Herrera en Los Fósforos de Herrera en COPE: "El chalet se ocupó hace 3 años, era de mis padres, lo heredamos nosotros, debe ser que se enteraron que habían fallecido los propietarios, se metieron los ocupas desde el 2017. Salió un juicio a los dos años, ganamos ese juicio y nada no hay manera. El tema está atascado. Utilizan la piscina, el chalet, los enseres. Osea, me ofrecieron que yo les pagara 3.000 euros, por desocupar el chalet". Un chantaje muy habitual por parte de estos delincuentes.
El caso de Gloria es parecido al de Luis aunque ha seguido otro camino y ha tenido otro final. Gloria vive en Barcelona con su familia. Tiene dos hijos. Tiempo atrás fallecieron sus padres y el piso en el que vivían -en la comarca del Maresme- quedó vacío. De vez en cuando, Gloria se pasaba para dar una vuelta, retirar el correo y limpiar alguna cosa. Uno de los días, le sorprendió que la llave no entraba. En ese momento, abrió una pareja que le preguntó qué hacía. Estaba intentando entrar en una casa de su propiedad y unos okupas se lo estaban recriminando. Acudió con los Mossos, pero fue inútil. Los asaltantes llegaron incluso a amenazarla. Ella ha tenido que recurrir a una empresa privada para poder echarles:"Intenté hablar con ellos pero la verdad es que eran bastante agresivos. Me amenazaron en diferentes ocasiones, puse diferentes denuncias en los Mossos pero tampoco hacían gran cosa. Bueno, después de un tiempo prudencial, vi un reportaje en televisión, de una empresa. Me puse en contacto con ellos y la verdad en muy poco tiempo consiguieron echarlos fuera".
Desde mediados de agosto, Gloria ha podido recuperar su vivienda, aunque tiene miedo ante posibles represalias por parte de los usurpadores de su casa.
Es evidente que los asaltos a viviendas se han convertido en un problema, que se ha agravado durante el estado de alarma. Según los datos del Ministerio del Interior, durante los primeros seis meses del año se registraron en toda España 7.450 denuncias relacionadas con este delito. Esta cifra supone un 5 % más respecto al mismo período de 2019. En la primera mitad de 2020 se han registrado más de 40 denuncias al día en España por ocupaciones ilegales, casi la mitad de estas denuncias, hasta 3611, se han realizado en Cataluña, que es la comunidad que más sufre esta lacra. Y aquí hay que aclarar varias cuestiones. Una. No nos pensemos que estos asaltantes son todos personas sin techo y en riesgo de exclusión. No. Son jetas amparados por una ley que no protege al propietario. Dos. Las mafias se están haciendo de oro con este fenómeno. Se saben los vericuetos de una legislación imprecisa y lo aprovechan al máximo. Por tanto, urge endurecer la ley para que los usurpadores de casas no tengan dónde agarrarse. Y una cosa más. Este fenómeno se extiende y parece que preocupa mucho más. Cuando se ocupaban las casas de los bancos algunos incluso lo celebraban. Ahora, el problema se ha ido de las manos y en el Gobierno no mueven ficha, entre otras cosas porque a Podemos no le interesa.