Antonio Herraiz: "Hoy Sánchez no ha querido explicar por qué deja a España en estado de alarma hasta mayo"
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El sonido del terror y de las sirenas ha vuelto hoy a las calles de Niza. A primera hora, un hombre armado con un cuchillo ha entrado a la basílica de Niza bajo el grito de 'alá akbar', Alá es grande, y ha asesinado a tres personas. ¿Qué sabemos a esta hora? Una de las víctimas es una mujer mayor que había ido a rezar y ha sido decapitada.
Según ha informado la fiscalía francesa, la segunda víctima es el sacristán de la basílica. Y la tercera es otra mujer, que ha sido acuchillada en repetidas ocasiones. Ha podido escapar y refugiarse en un restaurante, pero finalmente ha fallecido. El terrorista ha sido finalmente reducido y permanece hospitalizado.
Sin conexión aparente, salvo el nexo del odio y el terror, en Aviñón, también en Francia se ha producido un ataque a dos policías. El agresor ha sido abatido.
Hay que recordar que el ataque de Niza, que deja tres personas asesinadas, tres víctimas, se produce solo dos semanas después del asesinato de Samuel Paty, el profesor decapitado en París por enseñar caricaturas de Mahoma en una clase en la que hablaba a sus alumnos de libertad de expresión. La realidad del terrorismo, la llama del terror que sigue viva en plena expansión del coronavirus.
Defensa en el Congreso del estado de alarma
El mal panorama que tenemos por delante, se ha encargado de recordárnoslo el ministro Salvador Illa: "Estamos ante unas semanas, unos meses, que van a ser muy duros. Llega un invierno largo, tendremos unas fiestas distintas a las que nos tendremos que adaptar, pero nuestras certezas ahora son que es necesario un esfuerzo más".
Ha sido el encargado de defender el decreto de estado de alarma que va a salir a delante en la votación de esta tarde en el Congreso. ¿Y el presidente Sánchez, qué? Hoy ha entendido que no era su día, que no tenía que explicar a los representantes de todos por qué se impone un estado de alarma durante los próximos seis meses.
Hemos visto a Macron o Merkel dar la cara en las últimas horas, con comparecencias cortitas, para contar lo imprescindible, y aquí Sánchez se reserva para esos aló presidente que tanto le gustan.