Correas: "A las 1 y 25 minutos de la madrugada se ha roto en Totalán el último hilo de esperanza"

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Las máquinas han parado. A las 1 y 25 minutos de la madrugada se ha roto en Totalán el último hilo de esperanza. A esa hora, el equipo de élite de mineros asturianos han accedido al pozo por el que el pasado domingo cayó este pequeño mientras comía unas chuches. Era un día de campo, tranquilo y el preludio de 14 días de angustia.

La noche de este sábado ha sido el trágico final de 2 semanas contrarreloj, alimentando la esperanza palmo a palmo, compitiendo contra la naturaleza metro a metro. El único atisbo positivo en esta tragedia ha sido la de comprobar la generosidad de la sociedad española. Por lo demás, nada ha sido fácil en Totalán, nada será fácil para estos padres en la segunda vez que pasan por un trance como este, perder un hijo.

Tampoco en Venezuela nada es fácil, es más, la vida es difícil pero el momento actual si puede ser histórico.

La foto de las últimas horas en Caracas es histórica. Juán Guaidó y y Nicolás Maduro reclamando al mismo tiempo en Caracas la presidencia de Venezuela. Para entender lo que pasa hoy hay que remontarse varios años atrás, como mínimo a 2015.

En diciembre de ese año, hubo elecciones legislativas en Venezuela. Las ganó la oposición a Maduro y fue cuando tomaron el control de la Asamblea Nacional, el parlamento. Como ya no controlaba ese parlamento, el régimen de Maduro maniobró para que el Supremo venezolano retirara los poderes a la Asamblea Nacional, y dejara sus decisiones sin efecto.

Fue entonces cuando Nicolás Maduro anunció la creación de otro parlamento paralelo, la Asamblea Constituyente creada a la medida del bolivariano. Para darle sentido, Maduro convocó elecciones a las que no se presentó la mayoría de la oposición y que se celebraron bajo la sombra del fraude. Sin rivales, las ganó Maduro claro mientras buena parte de la comunidad internacional no reconocía este liderazgo y seguía dando validez a la Asamblea Nacional de la oposición.

Y así llegamos a la imagen de ambos en Caracas. Maduro, se considera presidente, porque le ha elegido el parlamento que el creó y por eso Juan Guaidó reclama también la presidencia, porque representa al parlamento que fue elegido democráticamente en 2015.

Con estos mimbres, el Gobierno español ¿qué opina de todo esto?

La postura es ésta que expresa el ministro de Asuntos Exteriores Josep Borrell. Esperar para ver si Maduro convoca elecciones en un tiempo corto. Si no lo hace darán por legitimo a Guaidó. Eso le pide el gobierno de Sánchez y Maduro ha contestado que la declaración de Borrell es insolente y proponiendo que si el Gobierno de Sánchez quiere elecciones que las convoque en España. La respuesta de Maduro evidencia varias cosas; La primera que no tiene ninguna intención de convocar elecciones en Venezuela y la segunda el peso que tiene España en este asunto.

La reacción de Maduro contra el gobierno español, a pesar de su tibieza, demuestra la importancia de la posición española. Por lazos evidentes con Venezuela: históricos, sociales, emocionales, económicos. España debería de estar encabezando la posición de la Unión Europea con respecto a Venezuela pero parece que el gobierno Sánchez prefiere difuminarse en una posición común de los 27 en lugar de asumir su protagonismo histórico con Venezuela.

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