LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA
Javier Valenzuela sobre El Vaquilla: "tenía mucha labia y le gustaba contar sus historias a periodistas"
Juan José Moreno Cuenca pertenecía a ese grupo de delincuentes que tirunfaron en el cine en los años 80 tras recorrer cárceles y reformatorios
Málaga - Publicado el
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Se cumplen 19 años de la muerte de un personaje que marcó una época en España... uno de los nombres más representativos de lo que se vino a llamar la “Cultura quinqui’. Esta noche recordamos a un hombre al que todos conocimos como El Vaquilla y que se llamaba Juan José Moreno Cuenca.
EL PERSONAJE
Javier Valenzuela, autor del libro “Crónicas quinquis”, ha estado en La Noche de Adolfo Arjona y nos ha contado como fue la infancia de El Vaquilla. ‘Pertenecía a ese grupo de delincuentes de los años 70 y 80 que tuvieron tanto protagonismo en la España de la transición, con sus tirones y sus atracos con navajas y escopetas recortadas, con su pasión por los SEAT 124 y 1.430, con su afición a la música de Las Grecas, Los Chichos, Los Chunguitos… fue todo un fenómeno social que se dio en la periferia de las grandes ciudades’ cuenta Javier Valenzuela; ‘y que eran chavales de clases muy pobres y populares que en aquel momento empezaron a protagonizar ese fenómeno’
El Vaquilla nace en un barrio muy humilde, de una familia de etnia gitana, con estudios mínimos y que lo único que quería era vivir la vida en libertad y quemarla de prisa.
‘Su pasión eran los coches’ asegura Valenzuela; ‘tenía mucha labia, se explicaba muy bien ante los periodistas, ante los cineastas y entró en ese ciclo de reformatorios y cárceles, era heroinómano como la casi totalidad de los delincuentes de esa época y tuvo el SIDA y luego una cirrosis que terminó con él’.
DELITO DE SANGRE
El Vaquilla cometió lo que hoy llamaríamos un homicidio involuntario. ‘Estaban atracando a una vieja, le pegó un tirón al bolso él, que conducía el coche, arrancó y la anciana cayó bajo el vehículo, la arrolló y la mató’ cuenta Javier Valenzuela; ‘estos delincuentes no solían ser sanguinarios, pero daños colaterales, sí que se producían’.
SIMPATÍA
Siempre existió una empatía hace este delincuente y la gente le tenía cierta simpatía. ‘Hay que entender que era la época de la transición y estos personajes eran hijos de familias campesinas que durante el desarrollismo de los 60 se habían instalado en la periferia de las grandes ciudades’ cuenta Javier; ‘allí viven en chabolas o viviendas sociales sin apenas servicios y la empatía viene por ser gente que viene de la marginación, la pobreza y el desarrollismo salvaje y mal hecho y además a ellos les encantaba contar su vida a la prensa y eso provocaba cierta simpatía’.
FENÓMENO QUINQUI
En la España de los 70 y 80 surgió toda una cultura, relacionada con lo quinqui, la historia de El Vaquilla no es solo la de un personaje, es la de un fenómeno mucho más amplio.
Iñaki Domínguez es antropólogo y escritor, autor de “Macarras ibéricos” y ha estado en La Noche de Adolfo Arjona. Nos ha contado en qué momento surge el fenómeno quinqui. ‘Es algo muy antiguo que en la prensa comienza a surgir con El Lute’ asegura Iñaki; ‘luego surge el cine quinqui donde los protagonistas son la estela de El Lute’.
Personajes como El Vaquilla, El Jaro, El Pirri o El Torete, se convirtieron en iconos de la época. ‘Fueron delincuentes que se hicieron muy famosos porque eran muy jóvenes y aparecían a menudo en la prensa y a partir de ahí inspiraron películas’ dice Iñaki; ‘venían de lugares marginales y lograron hacerse actores’.