Teresa Mesonero, la enfermera que saca una sonrisa a los niños con su varita mágica

La enfermera ha ganado el premio Capitana Optimista 2018

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Teresa Mesonero, la enfermera que saca una sonrisa a los niños con su varita mágica

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La planta pediátrica de un hospital es ese sitio donde encuentras niños enfermos ajenos a su enfermedad, y donde encuentras adultos sanos marcados por la enfermedad ajena. No obstante, incluso en medio de ese lío de sentimientos, se encuentran los médicos y las enfermeras. De los médicos que tratan y curan a los niños qué puedo decir… nada… cualquier cosa sería poco. Cuando, además, esas enfermeras se cuelgan una sonrisa en el mismo momento en el que se ponen la bata, hablamos de ‘enfermeras optimistas’.

Es el caso de Teresa Mesoneroenfermera en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid, que se ha proclamado con el título de Capitana Optimista 2018 de los Premios Hospital Optimista. Se trata de la primera mujer en conseguirlo. Un reconocimiento a su implicación y su empatía con los pacientes; con los niños ingresados. Ella encarna este año la humanización de los cuidados. Dicen los compañeros que desde que llegó Teresa en 2015, ya se dieron cuenta de que era especial. Pero no solo los compañeros, también lo han notado todos los pacientes que han tenido la suerte de cruzarse a Teresa en su travesía por la planta pediátrica del Clínico Universitario de Valladolid.

Teresa Mesonero explicaba en ‘La Noche de COPE’, con Adolfo Arjona, cómo se inventó una varita luminosa que lo ‘curaba’ todo o unos supuestos superpoderes para sacar una sonrisa a los niños.

“Los cuentos, las canciones y el teatro forman parte de mi vida, yo sólo se lo transmito para hacerlos un poco más felices”.

Añadía que “cuando vienen, los niños, tienen mucho miedo porque no saben que se le va a hacer, así que es difícil manejarlos, hay que usar estrategias para llevarlos a nuestro terreno, empatizando con ellos”.

Sin duda, el día a día de una enfermera afecta emocionalmente a los profesionales de la Salud, que trabajan con personas. Sobre esto, Teresa Mesonero, concluía que “se viven momentos felices y, otros, muy tristes… pero se puede decir que es un trabajo que te hace reflexionar y te cambia la vida”.

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