¿Es necesario un mediador a la hora de evitar conflictos?
El conflicto forma parte de nuestra vida, motivo más que suficiente para recurrir a ellos en los casos que parecen imposibles de solucionar
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Todos nosotros solemos tener alguna que otra discusión en nuestro día a día. Ya sea en casa, en el trabajo o en el colegio, el conflicto forma parte de nuestra vida. Ahora bien, ¿qué ocurre si hablamos de esos conflictos que parecen imposibles de solucionar? Que nos damos cuenta de que hace falta la figura de un mediador.
Un mediador es, por ejemplo, quien da pasos para la reinserción de un delincuente y también para la reparación con su víctima. Hay muchos casos, pero existe un tipo que trata de evitar conflictos en el colegio o con los familiares.
Marta Gordillo, mediadora familiar que trabaja en el sector privado y en el público, explicaba en 'La Tarde' cuál es el perfil más habitual con el que se encuentra, el de rupturas de pareja con niños en común, aunque no es el único. "También nos entran hermanos que no se ponen de acuerdo con el cuidado de las personas mayores o padres que tienen problemas con hijos adolescentes, o temas de herencias".
Lo que hacen es escuchar la problemática y decidir si pueden atenderla con los recursos que tienen. Eso sí, su labor es "conseguir que las personas que han acudido a una mediación alcancen acuerdos satisfactorios para todos ellos". Para ello, resulta fundamental que todas las partes acaben estando de acuerdo.
Por su parte, Carlos Jacob, abogado laboralista, no se olvidaba de comentar a Pilar García Muñiz de la reforma que obliga a meter estos casos en temas civiles. Los casos que ellos atienden son los conflictos de interpretación de convenios, salariales, de horas... es decir, "aquellos que afectan a un grupo de trabajadores definidos, a empresas completas o a sectores de actividad concretos".