Pasa tres años en la cárcel de Jerez siendo inocente y lo que le enseñan allí le ayuda a salir: la historia de Sebastiana
Le metieron droga en la maleta, y cuando llegó a España fue inmediatamente detenida, sin tener ni idea de qué estaba pasando
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Algo que todos tenemos claro es que el bien más preciado para el ser humano en la sociedad en la que vivimos es la libertad. La privación de libertad es uno de los peores castigos que hay. En España, esa privación de libertad se da únicamente en la cárcel, un lugar que tiene como objetivo que sus presos sean reinsertados en la sociedad durante los años que dure la pena impuesta por la justicia y en función del delito cometido.
Hasta ahí todo en orden, pero... ¿y cuándo te meten en la cárcel sin haber sido tú el autor de un delito? Imagina que te vas de viaje en avión, de vacaciones, estudios, trabajo o a ver a un familiar, y cuando vuelves, quedas detenido en el aeropuerto porque los agentes de aduanas han encontrado droga en tu maleta.
El caso de Sebastiana
Esto es precisamente lo que le sucedió a Sebastiana, una chica que con 26 años se fue a Colombia a por esmeraldas para un joyero de Jerez en los años 80, y cuando volvió acabó detenida en el aeropuerto de Madrid porque le habían metido cocaína en su maleta, estuvo 3 años en la cárcel. “No eres nadie una vez que entras por la puerta, eres un número más”, afirma Sebastiana.
Ahora, Sebastiana triunfa en el mundo del espectáculo. Lo hace concretamente detrás del telón, en los teatros, algo que aprendió en Yeses, una compañía fundada en 1985 como proyecto de rehabilitación carcelaria. Aunque no entró como actriz, sí lo hizo como diseñadora, ya que había estudiado dibujo artístico en Jerez.
Fue en aquella época cuando descubrió que su verdadera vocación era la de actuar. Timba Timbero es la compañía de teatro en la que trabaja ahora, desde que la fundó ella misma.
La libertad
“Nadie sabe lo que es hasta que lo pierdes”, dice Sebastiana, que conoció la libertad después de perderla. Ella sentía impotencia de estar allí encerrada y sin ser nadie. Murió su abuela y no pudo salir, se enteró a los tres días. Aunque pasó situaciones muy difíciles, afirma que en la cárcel de mujeres de Yeserías, en Madrid, también aprendió en los talleres que se organizaban, donde se encontraba el taller de teatro.
Al principio se dedicó a la escenografía porque cuando la ofrecieron actual, al principio decía que era muy ridícula, hasta que un día acabó, sin ninguna vergüenza, subiéndose al escenario, y desde entonces, no se ha vuelto a bajar. Además, incluso ha conseguido que, especialmente los jóvenes que se encontraban en la calle tramando fechorías, tuviesen una buena ocupación y que les gustase, y lo consiguió con el teatro, aunque fue algo que tuvo que dejar.
La historia de Sebastiana es una historia de superación y de aprender que hasta de los momentos y situaciones más difíciles se puede salir. Ella misma, que estuvo en una cárcel en la que la droga corría por sus patios, afirmó que ella se decantó por “la droga buena” como ha determinado de manera humorística a lo que se dedica y lo que aprendió en la cárcel, el teatro.