Fernando de Haro: "La reforma de la ley educativa va a hacer más difícil educar en libertad"

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¿Pero de quién, de quién son los hijos? Pues eso, del Estado.

En los comienzos de este doloroso año, con motivo de la polémica por el pin parental, la ministra Celaá aseguró que los niños no son de los padres. Aquello parecía el nivel más alto de estatalismo que luego inspiró el proyecto de nueva ley educativa aprobado por el Consejo de Ministros en lo más duro de la pandemia. El proyecto se ha tramitado en el Congreso durante las últimas semanas y ha confirmado que todo es susceptible de empeorar, sobre todo con un Gobierno que tiene como socios a ERC y a Podemos.

¿Por qué ha empeorado el proyecto? Porque ERC y Podemos se han dedicado a introducir una serie de enmiendas que radicalizan lo que salió de Moncloa.

Un ejemplo claro: la concertada. El proyecto inicial le ponía las cosas difíciles a la concertada porque suprimía el criterio de la demanda social. Es decir, pidieran lo que pidieran los padres, las administraciones tenían que construir y pagar colegios públicos y colegios concertados. Pero Podemos ha forzado también que no pueda haber conciertos para los colegios diferenciados, los que separan a niños y niñas. En realidad son pocos, sólo representan al uno por ciento de los alumnos. Pero por ideología Podemos quiere ir contra esos conciertos colegiados diferenciados. Los socialistas no querían llegar hasta este extremo porque saben que es inconstitucional. A Podemos le da igual, cuando el Constitucional se pronuncie ya habrá pasado mucho tiempo.

Más asfixio a la concertada: no se contempla para la educación infantil.

Podemos y ERC han conseguido que el castellano no sea lengua vehicular de la enseñanza en Cataluña, que se pueda pasar de curso sin límite de suspensos en la ESO. Lo que supone, sin duda, una bajada de nivel. También por impulso de Podemos se suprime el distrito único y los niños tendencialmente tendrán que ir al colegio del barrio. El distrito único supone en las práctica que los padres pueden elegir entre muchos colegios el que más les guste. Pero aquí parece que hay miedo a la libertad. Podemos ha impuesto imponer la educación afectivo sexual desde primaria. Será seguramente una forma de adoctrinamiento. Y ERC ha conseguido que los inspectores ya no tengan que pasar por un examen de oposición, lo que facilitará nombrarlos si son ideológicamente afines.

Todo esto significa que la reforma de la ley educativa va a hacer más difícil educar en libertad. Y sin libertad es más fácil que haya ciudadanos menos críticos con el poder, algo siempre muy necesario.

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