Fernando de Haro: “Sánchez ha convertido a Iglesias en interlocutor de un político que está en prisión"
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Imagínate que vivo en Nueva York, en Berlín o en Milán. Imagínate que me acaban de contar que el líder de la izquierda-izquuierda en España, Pablo Iglesias, se ha ido a negociar a la cárcel los presupuestos del Gobierno socialista de Sánchez. ¿Qué pensarías? Que en en España no hay democracia.
Muchos no suficientemente informados tienen el pretexto para pensar que en nuestro país no hay libertad política plena y que una ley tan decisiva como la de las cuentas públicas del año que viene tiene que ser pactada entre rejas. También aquellos que están suficientemente informados, que hablan permanentemente de políticos presos, parecen reforzados después de lo sucedido este viernes.
Los gobiernos de Mariano Rajoy no hicieron lo suficiente para que fuera de España se conociera la verdad sobre las pretensiones independentistas. Y ahora Sánchez, al consentir que su principal aliado, convierta en interlocutor a un político que está en prisión preventiva fulmina buena parte de los esfuerzos de pedagogía internacional.
Está en marcha la segunda parte de la moción de censura no solo para los presupuestos sino para la próxima legislatura: una alianza de PSOE, Podemos, y ERC, que daría estabilidad al Gobierno en Madrid y que, tras la sentencia del Supremo, podría ensayarse también en Cataluña.