Ter, que a mi modo de ver es una de las youtubers más interesantes y más geniales que hay, tiene un estupendo video en el que analiza las arquitecturas de las gasolineras.
No es fácil gestionar la vida de una gasolinera. Los gasolineros no lo tienen fácil y la ministra de Hacienda quiere no se les complique la vida. A partir del viernes la ayuda de 20 céntimos entra en vigor y va a beneficiar a todo el mundo, porque los gasolineros no pueden ir pidiendo a todo el mundo la declaración de la renta.
No sabemos si los gasolineros lo tendrán más fácil. La ayuda de 20 céntimos a todo el mundo, dice el Gobernador del Banco de España, no se lo va a poner fácil a nuestra economía porque había que habérsela dado solo a los que más necesidad tienen.
Hoy, como sabes es 29 de marzo, la fecha marcada en el calendario desde hace mucho tiempo para que se aprobase por el Gobierno las ayudas para hacer frente a las consecuencias económicas de la guerra. El plan llega tarde y con polémica. Salvo por el precio de la electricidad, el plan podría haberse puesto en marcha mucho antes. El plan incluye la ayuda de 20 céntimos a los combustibles, el tope de subida a los alquileres, la prohibición de despido por subidas del precio de la energía y ayudas a las empresas que son avales del ICO; los últimos están en gran parte sin usar. Los sindicatos y los grupos de izquierda piden más, el PP reclama la bajada de impuestos pactada y los empresarios critican lo que consideran demasiado intervencionismo del Gobierno.
Claramente no estamos ante unos nuevos Pactos de la Moncloa. El Gobierno ha tardado mucho en aprobar el plan pero no lo ha consensuado con nadie. Dicen los economistas que solo en plazo muy corto se pueden sostener unos precios por debajo de los que dicta el mercado. La evolución de los precios, depende en parte, solo en parte, de la evolución de la invasión de Ucrania.
Y con todas las reservas del mundo, parece que las conversaciones de paz que han tenido lugar en Turquía ha habido avances. Ucrania ofrece su renuncia a la OTAN a cambio de que Israel, Polonia, Canadá y Turquía garanticen su seguridad. Y Rusia ha anunciado la decisión de reducir de forma “radical” la actividad militar en torno a la capital ucrania, Kiev, y la asediada ciudad de Chernígov. Los rusos dicen ahora que lo que quieren es el Donbás. Como ya sucedió en Georgia y Moldavia se conformarían con pegarle un buen bocado a Ucrania. Pero después de la devastación que ha sembrado Putin en el último mes va a ser difícil aceptarlo.