"El escenario es el propio de una guerra, pero estamos en España y en pleno siglo XXI"
La directora de 'La Tarde' analiza, desde la zona cero de la tragedia de la DANA, cómo están los vecinos y cuáles están siendo las consecuencias
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Bienvenido a 'La Tarde' de COPE si te acabas de incorporar y quiero darles las gracias a Marta y Justa que nos han acogido en su casa para poder emitir el programa de hoy con garantía de cobertura. Su casa está en Catarroja, una localidad al sur de la ciudad de Valencia, pegada a ella, en realidad, a la que también llegó el agua. Está un poquito más abajo de Paiporta, de Alfafar, de Benetusser, de Masanasa, aunque aquí todo está muy cerquita. Son localidades que apenas están separadas unas de otras y que todas ellas resultaron muy afectadas.
Durante los últimos 3 días hemos recorrido toda esta zona, seguimos haciéndolo, y solo te puedo decir que parece el escenario de una guerra. De verdad, que no es frase que utilice a la ligera, no es una frase hecha.
Hace seis días que la riada se llevo todo lo que encontró a su paso y lo que no se explican los vecinos es cómo tardó tanto tiempo en coordinarse la ayuda. Es lo que nos dicen todos. Es difícil describir lo que ves cuando no encuentras palabras, mires a donde mires todo está destrozado, coches amontonados, arboles arrancados de cuajo, casas con boquetes en los que puedes ver los cimientos.
Ahora mismo hay 7.000 militares sobre la zona, pero, ¿por qué no se activaron antes? ¿Ni ellos, ni otros grupos de rescate y emergencias de todas partes de España? ¿Por qué la mayoría de los que trabajan limpiando el barro siguen siendo los vecinos y voluntarios? Con sus palas, sus cubos, con sus rastrillos.
La cifra oficial de muertos es de 217, 213 son de la Comunidad Valenciana. Pero se sabe que esa cifra de fallecidos seguirá creciendo porque no conocemos el número total de desaparecidos. 6 días después de la catástrofe no se sabe cuánta gente falta. Ha dicho el ministro Marlaska que “no pueden dar una cifra que desconocen”. Y eso es algo que la gente de aquí, ni nadie, se explica.
Y a todo este caos hay que sumar otra preocupación: la alerta sanitaria. El barro seco puede producir gases tóxicos y el agua estancada es un vector de enfermedades. Y te aseguro que en estas calles hay muchísimo lodo, mosquitos, basura por todas partes. El ambiente rasca la garganta, lo notas. Lo hemos notado. Y lo ha explicado Carlos Mazón, el presidente de la Generalitat Valenciana, esta mañana con Carlos Herrera.
Mazón también ha asegurado que el mensaje de alerta sobre las riadas y los desbordamientos también les llegó tarde a ellos.
Unas afirmaciones que niega y ha desmentido el Ministerio de Transición Ecológica.
Pero ¿sabes lo que te digo? Que, aunque de todo esto habrá que sacar lecciones, ahora mismo, en este sexto día, ¿qué más da? Al margen de lo que digan unos y otro, dependan de quién dependa, la gente en estos pueblos, en Catarroja, en Paiporta, en Alfafar, solo se pregunta por qué no se les avisó antes. Por qué los medios tardaron tanto en llegar. Si tenemos medios, ¿por qué no están aquí? ¿Por qué hoy, seis días, después, aún siguen llegando miembros de las Fuerzas Armadas?
Cuando has perdido tu casa, tu coche, tu negocio o a un familiar, te da igual si un político tiene que solicitar ayuda a otro o si otro no puede o no quiere invadir sus competencias. Todo es secundario.
Ahora la prioridad es otra. Porque la realidad es que en esta zona siguen sin poder acceder a todos los garajes y bajos. Y saben que puede haber cuerpos de vecinos dentro.
Lo que ha vivido esta gente no puede describirse con palabras. Charo es enfermera, no le tocaba trabajar, pero se lanzó a la calle a hacerlo.
El escenario de estos pueblos, como te digo, es el propio de una guerra. Se lo escuchaba estos días a los servicios de emergencia que trabajan sobre el terreno. Esto parece Ucrania, pero estamos en Valencia. La escena me recuerda al tsunami del 2004 en el sureste asiático. Pero estamos a 10 minutos de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Estamos en España y en pleno siglo XXI.