"Si algo tienen los trasplantes es que dependen directamente de la solidaridad de ciudadanos anónimos y esto es algo impagable"

Hace no mucho que conocí a Irene Nevado. La mujer que celebra cada año tres cumpleaños: su fecha de nacimiento, el día en que recibió su primer trasplante de pulmones y el día en que recibió el segundo. Tiene fibrosis quística y desde los 18 años sabía que, tarde o temprano, iba a tener que pasar por esta solución. La primera vez fue a los 27, tras esperar más de año y medio. Un tiempo en el que su vida se paró en un largo paréntesis que mereció la pena.

Tras un nuevo trasplante de pulmón, Irene se dedica ahora a brindar apoyo a quienes están en esa espera.

Pero Irene es una más, una de las miles de personas que navega por un mar de solidaridad que ha convertido a España en un referente mundial absoluto. La donación de órganos.

De nuevo, este país ha vuelto a batir récords de donaciones y trasplantes. Es un éxito brutal al que estamos tan acostumbrados que, a veces, quizás no valoramos la importancia que tiene.

Hoy hemos conocido que España ha vuelto a batir un nuevo record de donación y trasplantes. En 2024 se realizaron 6.464 operaciones en el que además se rompió un techo, más de 50 donantes por millón de habitantes. Nadie en el mundo tiene una tasa tan alta y cualquier país europeo está muy lejos de las cifras españolas. Beatriz Domínguez Gil, es la directora general de la Organización Nacional de Trasplantes.

Todos los tipos de trasplante han aumentado, pero en el caso del trasplante de pulmón, uno de los más complicados, el crecimiento es del 30% con 623 operaciones. 623 vidas, con 623 oportunidades.

En esta España de hoy en día, donde las noticias se agolpan en los juzgados y la concordia brilla por su ausencia, hay cosas que sí funcionan y muy bien.

Podemos presumir, por ejemplo, de la coordinación de un sistema que funciona como un reloj con precisión milimétrica. Pero hay algo más allá en el sistema.

Algo que no se puede medir en presupuestos, en gráficas o en tiempos de espera. Y es lo siguiente; si algo tienen los trasplantes es que dependen directamente de la solidaridad de ciudadanos anónimos con otros ciudadanos anónimos y esto, es algo impagable.