¿Cómo se puede regenerar un ecosistema quemado por un incendio? Un paisajista da la clave: El suelo
La ola de calor no solo es peligrosa para las personas, ya que genera un ambiente propicio para que se produzcan incendios forestales cuyas consecuencias son difíciles de deshacer
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La ola de calor está dejando, además de las altísimas temperaturas, algunas tormentas secas en ciertas zonas de la geografía española. Este tipo de tormentas son realmente peligrosas, ya que hay altas posibilidades de que, con estas condiciones, se provoquen fuegos.
De momento este verano está siendo relativamente tranquilo en cuanto a incendios, al menos, si lo comparamos con los datos del verano pasado. Incendios como el de la Sierra de la Culebra, en Zamora, llegaron a quemar hasta 60.000 hectáreas y llegó a ser el mas grande de la historia en la península. Esta zona, un año después, aún está completamente negra, aunque poco a poco se va reverdeciendo.
Pese a que España es el país de Europa con más efectivos antiincendios, la repoblación de estas zonas que han quedado quemadas es bastante complicado. Fernando Pozuelo, paisajista premiado internacionalmente por sus estudios sobre este tema, ha explicado en 'La Tarde' que “la recuperación de los ecosistemas depende mucho de la agresividad del incendio, hay algunos entornos que se regeneran solos, pero hay otros que requieren de la acción humana. Podemos tratar el efecto de estos incendios, pero realmente somos sujetos pasivos.
"Un bosque es como una familia"
El 96% de los incendios que se producen en la Península Ibérica son provocados por la acción humana, según Pozuelo, “unos son provocados por la inconsciencia, aunque otros cuantos también son provocados. Lo más efectivo para paliar el efecto de un incendio es concienciar al ser humano para que no se produzcan”. El paisajista afirma también que “una vez sufrido el fuego, la regeneración está determinada por el lugar donde ha ocurrido el incendio. Lo primero es perimetrar el incendio, y después detectar y evaluar todas las especies vegetales que habitan la zona. En función del efecto de las llamas se estudia si el terreno se puede regenerar por sí mismo o no”.
El experto ha subrayado que, pese a que a veces se regenera con especies de fuera, lo más conveniente para recuperar un ecosistema es repoblar con especies autóctonas de ese entorno: “Imaginemos que un bosque es una familia, tiene un entorno social y cultural en el que habita. Cada ecosistema es distinto en función de su altitud y orografía concreta, por lo que yo defiendo proteger el que ya había”. No seguir esta máxima puede acarrear problemas. Un ejemplo es el que ha ocurrido con el eucalipto en algunas zonas de Galicia: “Se ha inoculado para su tratamiento industrial, pero afecta mucho al terreno y lo deja esterilizado”.
Otra zona que queda muy afectada y que es complicada de regenerar es el propio suelo: “A veces el sustrato del suelo queda destexturizado y, por tanto, sin nutrientes, por lo que hay que intervenir con soluciones de contención o de estabilización”, ha explicado el paisajista, que también detallaba que “el suelo tiene dos conceptos estructura y textura. Al contrario que la estructura, la textura se puede modificar para poder regenerar la que se había perdido”.