Emigra desde Guinea a Almería, llega al instituto y lo que hace su profesora le marca de por vida: "Aprender"
Su historia, que le contaba a Fernando de Haro en 'La Tarde, es una lección de vida y de superación. Cinco años después, su vida ha pegado un cambio brusco
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20 años. Esos son lo que tiene actualmente Moha, un joven cuya historia no deja indiferente a nadie. Su vida está estrechamente ligada con la de Pilar, una profesora de Almería que la ha cambiado por completo. Pero vamos por partes, porque estas dos historias llenas de vida y de lecciones, merecen ser contadas poco a poco.
Tenemos que remontarnos cinco años atrás, cuando Moha, harto de la situación que sufría su país, Guinea-Conakri, repleta de golpes de Estado e inestabilidad, tomó la decisión de emigrar. "Hambre y pobreza" son las palabras que más repite Moha cuando habla de lo que veía día sí y día también en su país, y, harto de soportarlo, tomó la decisión de salir de su país de origen.
"La situación del país no era fiable para un joven como yo, y decidí salir. Mis padres no me tomaron en serio" contaba en La Tarde, apenado. Sin embargo, Moha iba muy en serio, y empezó a pagar a distintos transportes para llegar hasta Malí. Ahí, comenzó su aventura.
Una aventura con final feliz
Para Moha no fue nada fácil llegar hasta Malí, pero todavía le quedaba un largo y duro camino hasta llegar a su destino. Llegó hasta Argelia, de ahí pasó a Marruecos, y de ahí a España. Sin embargo, entre estos dos últimos países, vivió un sinfín de peripecias que casi le hacen rendirse del todo.
"En el primer intento no lo conseguí, primero estuve en Tánger, donde lo intenté 8 veces, no lo conseguí, y una vez que subíamos llegaba la Marina marroquí y nos mandaban a Argelia y la frontera en el desierto, lo volvíamos a intentar" contaba apenado.
Ya que se le agotaba el dinero cada vez que lo intentaba, tuvo que buscar diferentes trabajos en Marruecos, y conforme conseguía, pagaba un importe para que le ayudaran a emigrar. Llegó a pagar, como recuerda, 1.500 euros, y en el último intentó, lo consiguió y llegó a Motril. Todo, con solo 15 años.
"En Motril nos recoge Salvamento Marítimo, nos dieron agua y mantas y estuve cansado y me dormí mucho. Me asusté un poco porque vi mucha policía, no podía andar" recordaba. No podía seguir, aunque le metieron en un centro de menores, y a partir de ahí, empezó a hacer vida normal.
Lo trasladaron a Padules, en Almería, donde considera que se ha criado y que es, en realidad, su lugar de origen. Lo que no sabía es que ahí su vida cambiaría para siempre.
Conoce a Pilar y su vida cambia para siempre
Allí fue al instituto, donde comenzó a formarse e intentar aprender todo lo que pudo, y fue cuando conoció a Pilar, su profesora, que cambió su vida para siempre.
"No sabíamos que se incorporaban tres chicos, y Moha era unos ojos muy grandes y abiertos que apenas hablaba español, nos entendíamos como podíamos, desde el primer día copiaba lo que había que copiar sin saber qué hacía" recordaba Pilar en La Tarde. Tampoco ella sabía que aquel niño de ojos grandes cambiaría su vida.
Ella comenzó a ayudarle y, poco a poco, fueron forjando una relación que a ella le llevaría a adoptarlo. Pero, el proceso, tampoco fue simple. "Fuimos conviviendo y se vino a vivir conmigo, primero era menor, terminaba la ESO y empezaba el ciclo formativo. Cerraron el centro de Padules, dividieron a los niños y empezó otro viaje por la provincia. Moha terminó en un pueblo donde no podía estudiar, lo cambiaron a Huércal o Vera, empezó primero de ese ciclo, en abril fue mayor de edad y tuvimos que alquilar un piso para que terminara el curso" decía.
Un piso que pagó ella y que permitió que al año siguiente pudiera vivir y estudiar con ella en Almería. Ahora, la formación es fundamental en la vida de Moha.
"Quiero ser médico, es la carrera de mis sueños, porque cuando estuve en mi país cuando iba al médico veía la situación, la gente se muere por negligencia, no tienen dinero la mayoría, no hay controles y desde ahí decidí ser médico para ayudar a la gente" recordaba.
Para Moha, Pilar es su madre y han formado algo maravilloso. Ellos, aprenden de ellos mismos, como recordaba Pilar. "Vivía sola, estaba bien, pero compartirla con Moha ha sido maravilloso, me da lecciones de vida cada día y tenemos mucho que aprender de ellos".