En 'La Tarde'
La Ertzaintza y la Guardia Civil liberan a una persona secuestrada por una peligrosa organización francesa
El secuestro se produjo cuándo la organización emprendía la huída a Francia desde Alicante. La colaboración de la Ertzaintza y la Guardia Civil fue crucial en la operación
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Una organización criminal francesa volvía a España para matar al hombre al que habían secuestrado el pasado día 9 de diciembre. La víctima salía de su casa cuando de repente fue interceptada por cuatro hombes encapuchados, a punta de pistola. Los secuestrados habían llamado previamente a otro de los hermanos para pedirle 500.000 euros. Todo esto se produjo por un ajuste cuentas por un tema de drogas. Pero al no encontrarse con la primera victima del secuestro de diciembre, otro familiar, este sin estar ligado a temas de droga fue el elegido. Le metieron en el coche y se disponían a ir a Alicante, pero en un momento dado emprendieron su huída a Francia.
En estos momentos la colaboración entre la Ertzaintza y la Guardia Civil fue vital para interceptar a la banda, y de este modo rescatar al secuestrado. En 'La Tarde' hemos tenido la oportunidad de hablar con dos personas clave en la operación. Hugo Prieto, Jefe de Área de Derechos contra las personas de la División de Investigación criminal de la Ertzaintza y el Capitán Álvaro Montero, Jefe de Grupos de Secuestros y Extorsiones de la UCO de la Guardia Civil. "Sabíamos que estaban en Alicante. Se detectaron los movimientos que hicieron desde el momento del secuestro el 9 de diciembre", comenta el Capitán. El momento clave se produjo cuando lograron interceptarlos en una parada de servicio en Tarragona, antes de pasar la frontera. En el momento de la emboscada por parte de los guardias, se encontraban dos sicarios que había contratado la banda, y dos de los crimnales que participaron en el primer secuestro.
ESCUCHA LA ENTREVISTA COMPLETA | Hugo Prieto y Álvaro Montero en 'La Tarde'
El momento más feliz fue cuando los dos hermanos se reencontraron. La alegría fue inmensa ya que las esperanzas que se tenían sobre la superviviencia de la víctima no eran muy halagueñas.