Un experto aclara qué no decirle a los jefes en la cena de empresa de Navidad y dónde sentarnos en la mesa
Analizamos con la ayuda de un psicólogo especializado en empresas lo que debemos hacer y lo que debemos evitar en la fiesta navideña organizada por nuestra empresa
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Es lo que toca en esta época del año. Si no la has tenido ya, seguramente la tienes esta semana. Hablamos, como no, de las cenas navideñas de empresa: una cita obligada que muchos llevan esperando desde hace semanas, y a otros les encantaría poder escaquearse de ella.
En todo caso, se trata de una oportunidad para disfrutar de un ambiente más relajado, en el que puedes charlar con tus compañeros de un modo más distendido que en la oficina, tomar una copa y disfrutar de un buen menú. Conforme va pasando la noche, se suele pasar luego al baile, e incluso a veces al karaoke. La verguenza ese día es mejor dejarla en casa, nos solemos venir todos un poco arriba.y hasta altas horas de la madrugada. Seguro que te sientes identificado.
Pero a veces, como decíamos, es un momento temido para muchos empleados, y si no gestionas bien el ver a tus compañeros o a tus jefes en ese contexto de fiesta, puede terminar pasando factura y hasta convertirse en una pesadilla. Por ello, hemos contado en 'La Tarde' con Rafael San Román, psicólogo de Ifeel, una plataforma que ofrece un servicio completo de bienestar emocional para empresas, para saber como salir airoso y no arrenpentirse al día siguiente de haber ido a la cena de empresa.
En primer lugar, Rafael San Román nos indica que debemos considerar estas cenas como un acto de la organización y existe un cierto compromiso para asistir: "No hay que perder de vista que, aunque sea una cena y un rato divertido, no deja de ser un evento corporativo". No obstante, que sea de trabajo "no quiere decir que sea aburrida o problemática", comenta el psicólogo, "pero tienen que poner de su parte tanto los que organizan como los que asisten" para que todo salga bien.
De todos modos, en ningún momento estamos obligados a ir, según comenta San Román. "No tiene sentido obligar a alguien a ir a una fiesta. Dependiendo de las circunstancias, también uno debe ser coherente consigo mismo y sentirse autorizado de decir "no es mi momento, no es mi plan, no me veo como para ir a esto que me están proponiendo" y no tiene por qué pasar nada". Ahora bien, como apunta el experto, es importante organizar un plan que sea lo suficientemente atractivo y transversal como para que a la gente le apetezca ir.
¿Qué beneficios y qué riesgos puede tener asistir a la cena de empresa?
En el caso de decidir asistir, existen una serie de beneficios para los empleados, sobre todo, a la hora de estrechar las relaciones con los compañeros. Tener un rato con los compañeros más cercanos, los del equipo, fuera de la tensión o el estrés del día, puede ser muy provechoso después para el ambiente de la oficina. Y no tiene por qué ser solo con los compañeros más cercanos, dice el especialista. "En empresas más grandes, esta cena les da la oportunidad de conocer a sus compañeros con los que normalmente no coinciden tanto, y ahí puede haber grandes descubrimientos".
¿Y con los jefes, cómo nos comportamos? "Ante la duda, perfil bajo", avierte el psicólogo. Si se trata de una organización grande y quieres presentarte a los jefes, recomienda hacerlo al principio, "cuando todavía no hayas tomado nada, ni tú ni nadie". De todas maneras, no hay que tener un miedo excesivo, lo mejor es llevarlo con naturalidad y "si no te fias de ti mismo, mantente atrás e igual consigues pasar toda la cena sin tener esa interacción que para ti es incómoda".
En cuanto a los temas que mejor habría que evitar en los corrillos y conversaciones, Rafael San Román considera que, en general, quizás no es el mejor momento para sacar temas polémicos."Si estás con gente que ya te conoce, probablemente ya saben cómo eres, cómo piensas en diferentes ámbitos y no va a haber mucha sorpresa". Sin embargo, si no vas a poder evitar irte de la lengua con ciertos temas que pueden llevar a discusiones o conflictos, "mejor habla de otros temas, escucha en lugar de hablar, deja que sean otros los que se mojen y sal lo suficientemente indemne como para que mañana no te arrepientas".
Como últimos consejos, el psicólogo de Ifeel ha destacado que es importante, aunque parezca algo frívolo, vestirse de una manera cómoda y que te haga sentir seguro. Si se trata de una cena sentados, intenta sentarte con tus "aliados", es decir, tus compañeros más cercanos y con los que tengas mejor relación. Y, para terminar, algo que a veces puede resultar un quebradero de cabeza: "siéntete autorizado a irte cuando te apetezca", aconseja San Román. En ningún momento deberíamos sentirnos forzados a quedarnos hasta el final.
En definitiva, tomarse con calma estos eventos en esencial para salir airoso, porque al fin y al cabo, solo es una cena.