Juan Solo: "Hemos descubierto un mensaje oculto en una canción de Dyango"

"Moco" o "loco". Escucha la sección de hoy de Juan Solo

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Juan Solo: "Hemos descubierto un mensaje oculto en una canción de Dyango"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Hoy vengo a crear la polémica. Por casualidad, he encontrado una joya que puede darnos muchos ratos de diversión.

Todo ha empezado esta mañana. Me he acordado de Albert Rivera y he sentido nostalgia. Cómo le echo de menos. Parece que fue ayer cuando se lanzó a las redes con su perro Lucas.

Albert se ha retirado de la política y nos ha dejado huérfanos... Los micrófonos recogieron el momento en el que se despedía de su peludo amigo.

Pero pensando en esto y buscando la canción de Dyango que estamos escuchando he descubierto algo.

Dice un moco amor. ¡Moco amor! Lo he escuchado más de quince veces: dice moco. En la redacción hay un debate encarnizado: cinco a favor del moco, una que dice loco y otro que tiene que oírlo con más detenimiento.

No soy el único que ha encontrado algo por casualidad.

Nos vamos a la bella Italia, uno de mis países favoritos.

Los carabinieri han detenido a dos albaneses y un calabrés (empieza como un chiste) en la ciudad italiana de Siena por traficar con cocaína.

Tenían los teléfonos pinchados. Hasta ese momento habían sido muy prudentes pero algo ocurrió que les hizo perder los nervios.

Tenían escondido un alijo de 2 kg de cocaína de gran pureza repartidos en tarros de cristal enterrados en el bosque. Alguien lo había descubierto y lo había arruinado extendiéndolo por todas partes.

¿Quién fue? ¿Un agente antidroga? ¿Un héroe anónimo?

Te doy una pista: Obelix se los comía a pares.

Un jabalí encontró la cocaína y la esparció por todo el bosque.

El animal estaba hozando por el bosque (que es lo suyo) encontró los frascos con cocaína (todos) y los destrozó.

El alijo habría alcanzado en el mercado un precio de 200.000 €.

Había oído de cerdos que buscaban trufas pero esto...

Los carabinieri detuvieron a los traficantes, fueron al bosque y comprobaron que todo era cierto.

No sabemos el estado en el que se encontraba el jabalí.

Ni tampoco el resto de la fauna del bosque. Quizá los conejos no pueden dormir y no paran de comer chocolatinas.

Lo cierto es que la historia tiene un final aún más feliz.

El jabalí ha sido fichado por la policía como detector de drogas en la aduana.

Y mando un saludo para Ponferrada, una de mis ciudades favoritas.

Buscando, buscando he encontrado a la peña Los hijos de Obelix que se reúnen para comer jabalí.

Nunca lo he probado.

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