Un responsable de salvamento explica qué debemos hacer para ayudar a alguien que se esta ahogando
El experto ha contado en 'La Tarde' cuáles son las claves para socorrer y cómo podemos detectar a una persona que ha sido arrastrada por la corriente y que no puede volver
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Gracia es una joven que se metió en una playa con bandera amarilla. En un principio no parecía que hubiese peligro, pero esa confianza en que la mar estaba tranquila pronto se convirtió en peligro. La propia Gracia lo relataba así en los micrófonos de COPE: “Cuando me cansé e intenté salir era casi imposible, intenté dejarme llevar por las olas, pero tenían tanta fuerza que yo sentí que me metían hacia dentro, intenté ir por debajo, pero me faltaron las fuerzas”. A Silvia le pasó algo parecido mientras practicaba surf: “Cuando intenté levantarme con la tabla, la ola me tiro y empezó a revolcarme hasta que me quedé inconsciente. Lo siguiente que recuerdo es estar en la arena de la playa con mi profesor”.
Gracia y Silvia vivieron una situación realmente angustiosa, pero tuvieron la suerte de salir airosas, pero muchas personas no tienen esa suerte. Este año, de hecho, se han producido un 13% de ahogamientos más que el verano pasado. Hasta el mes de julio, un total de 249 personas han perdido la vida en nuestro país en playas, ríos, lagos y piscinas, los peores datos desde el año 2018. José Luis Hernández Oliva, responsable del servicio de salvamento de Guardamar del Segura, ha explicado en 'La Tarde' que “hay dos perfiles de personas a las que les ocurre esto. Una es la persona negligente, que es aquella que por ejemplo ve una bandera roja y la ignora, y luego están las personas que sufren un accidente, que son la mayoría”
Cómo detectar que alguien se está ahogando
Hernández Oliva también ha detallado que el comportamiento de las personas cuando se están ahogando no es como nos podemos imaginar:“Normalmente las personas que tienen dificultades suelen ser personas que tienen algún tipo de complicación con el agua, a las personas que saben nadar no les suele ocurrir. Suelen ser personas mayores o niños a los que les arrastra el agua a una zona donde ya no hacen pie y no pueden volver a la orilla. Esas personas no chillan ni se desplazan, porque están pendientes de no ahogarse”, ha explicado, y añadía que el método para iniciar un rescate se desarrolla “haciendo una señal con el silbato y pedimos un ok, y si no hay respuesta es cuando nos acercamos”.
Además, el responsable de salvamento también ha subrayado que en ocasiones es la buena voluntad de la gente la que se cobra más desgracias: “Este mismo año hemos tenido 3 casos de personas que fueron a ayudar a personas con dificultades y terminaron falleciendo”, explicaba, “hay que ayudar como sea, pero ese como sea debe ser una llamada a los servicios de emergencia. Por muy buenos nadadores que seamos no podemos hacerlo porque esa persona solo está intentando sobrevivir, y cualquier cosa que acerquemos va a ser una tabla de supervivencia para ellos que van a intentar sumergir. Nunca hay que intentarlo sin material porque el desenlace va a ser casi siempre trágico”.
Hay que extremar las precauciones, aunque haya bandera verde porque el agua no es nuestro medio, no es el mismo riesgo, pero no es inexistente. También es una buena idea hablar con los servicios de emergencia como los socorristas para preguntar por qué hay ciertos colores de bandera, aunque la mar parezca tranquila porque puede que haya otro riesgo que no podemos ver, como una cierta corriente que no se vea a simple vista. Aun así, lo más importante siempre es hacer caso a las advertencias de las banderas.