El tesoro que se encuentra un constructor en un edificio de Gijón por el que acaba contactando con su familia

Aparece en un edificio abandonado de Gijón, 60 años depués, un tesoro encontrado por unos constructores que iban a reeconstruir la vivienda

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El tesoro que se encuentra un constructor en un edificio de Gijón por el que contacta con su familia

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El pasado siempre llama a tu puerta. Hace pocos días apareció una carta, 60 años después de ser escrita, emparedada en un antiguo edificio en Gijón. Juan Carlos Paraje, uno de los firmantes, tenía 26 años cuando junto con sus cuatro compañeros de obra escribió esta carta. Por aquella época, trabajaba como peón de albañil en un edificio de Gijón, esta no era su profesión, pero si era una buena manera de ganarse la vida.

Lo curioso es que esta carta se escribió en el reverso de su propia nómina. 350 pesetas a la semana era lo que ganaba este albañil allá por el año 1964, un dinero que por aquel entonces estaba muy bien. 60 años después de que se escribiera esa carta, ha aparecido escondida tras una pared de un piso de la calle Cabrales 35 en Gijón. El constructor gijonés, Alfredo Barro, fue el descubridor de este hallazgo cuando estaba reformando precisamente ese piso, pero lo que le sorprendió era precisamente lo que ponía en esa carta.

¿Cuál era ese tesoro?

Esto seguramente sea muy excepcional, pero esta carta era nada más y nada menos que una misteriosa cápsula del tiempo. Tal fue la sorpresa del propio Alfredo que no dudo ni un segundo en ponerse en contacto con los descendientes de estos cuatro albañiles. Gracias a ello, encontró a Alberto, que es el hijo de Juan Carlos Paraje. Hoy en La tarde, Pilar Cisneros ha hablado con Alfredo Barrro y con Alberto sobre esta increíble historia. Pero esto no se queda así, ambos han dicho que lo que les habían dejado estas cuatro personas en la carta, una de ellas el padre de Alberto, era una una botella de coñac Felipe II.

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"Nosotros somos una empresa que estabamos haciendo una obra integral en ese edificio y tiramos una pared que en teoría no se debía de tirar, pero al final pudimos hacerlo y encontramos una botella con algo dentro", explica Alfredo ante su asombro, porque como él mismo dice: "Nunca nos había pasado algo así". Además, Alfredo ha contado cómo pudo encontrar a Alberto: "El apellido de Alberto era el más fácil y él había hecho alguna colaboración para la Voz de Galicia, y a raíz de ahí pudimos localizarlo".

El pasado vuelve

"Al principio no me lo creía, pero cuando me leyeron la carta y me dijeron que era del año 1964 y que estaba firmado por varios hombres y entre ellos mi padre, no tuve ninguna duda de que era de él", comenta Alberto ya que no se se sintió muy sorprendido ya que su padre era una persona muy aventurera y que le gustaba mucho hacer este tipo de cosas.

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Alfredo recalca que: "El hallazgo fue muy causal", ya que como él mismo ha comentado: "Si no hubieran tirado esa pared, no hubiesen podido encontrar esa botella". "Yo me puedo imaginar la escena, comiendo el bocadillo a media mañana, sentados en ese piso con esas vistas de Gijón y mi padre contando sus batallitas", comenta Alberto al decir que su padre fue un completo viajero. Asimismo, cuenta que cuando le dio la noticia a su madre, que aún vive: "No se sorprendió para nada, ya que era propio de él".

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