Tomás Alcoverro: "Líbano es el paraíso de periodistas e intrigas"
Hablamos en 'La Tarde' de COPE desde Líbano con Tomás Alcoverro, corresponsal de la Vanguardia, sobre la situación actual del país
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La noria de Beirut no es la más moderna ni la más fiable del mundo. Tiene un aire cutre y como de otro tiempo, que sin embargo simboliza como pocos lugares el ambiente de esta ciudad costera. A la noria suben cada día musulmanes y cristianos; libaneses, palestinos y sirios. Y pase lo que pase, nunca deja de girar. Ni siquiera durante la terrible guerra civil que asoló el país entre 1975 y 1990.
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Las aguas del Mar Mediterráneo bañan las costas de un país culto y abierto que sin embargo está a punto de desaparecer tal y cómo lo conocemos: "El drama del Líbano es que el país se vacía de libaneses, sobre todo cristianos y se llena de extranjeros. Es un problema crónico." Tomás Alcoverro lleva 40 años ejerciendo como corresponsal de La Vanguardia en Líbano. Ha vivido de primera mano numerosas guerras y conflictos. La crisis de refugiados afecta gravemente al país, en el que tienen que convivir los nacionales, tanto cristianos como musulmanes, con casi dos millones de refugiados sirios y palestinos. Un lugar complicado pero estimulante para un periodista: "Líbano tiene una característica, la libertad de información, es el paraíso de periodistas e intrigas".
Otro de los tesoros y maldiciones del Líbano es su diversidad cultural: "El Líbano como Estado no va a caer. Dada la enorme variación y diversidad de comunidades nunca una comunidad aplastará a la otra". Un equilibrio complicado, porque la comunidad de refugiados sirios es la segunda más grande por detrás de la libanesa. Hay más de un millón y medio en el país. Personas que se han jugado la vida para cruzar la frontera que divide ambos países y que están a merced de mafias que se aprovechan de su situación de necesidad: "Se ha convertido en un tema político, porque es manipulado por unos y por otros". El gobierno de Beirut calculó mal el número de refugiados que entrarían al país y ahora no hay vuelta atrás: "No tienen más remedio que aceptar los refugiados que entran. También los libaneses se han refugiado en Siria por guerras como la de los 15 años". La pregunta es ¿Cuánto tardarán en poder volver a una Siria destrozada por la guerra?. La cuestión religiosa dificulta que lleguen a integrarse en Líbano: "La mayoría de refugiados son sunitas. En caso de que se quedaran esto afectaría al preacario equilibrio entre sunitas y chiitas que hay en el país."
El corresponsal de La Vanguardia va a titular a su nuevo libro "La noria de Beirut". Una metáfora para explicar que, a pesar de las dificultades, la ciudad nunca deja de girar: "Beirut nunca dejó de ser la ciudad que fue."