El subsidio por desempleo, el detonante de un nuevo pulso entre Calviño y Díaz: "No es un capricho"
El catedrático de Derecho del Trabajo, Jesús Lahera, ha asegurado a COPE que la reforma de este subsidio es "una condición de Bruselas" para recibir los fondos europeos
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Solo han pasado unas semanas desde que se conformó el Gobierno de coalición y Pedro Sánchez ya ha sido protagonista del primer choque entre dos de sus ministras de confianza. La todavía vicepresidenta primera, Nadia Calviño, que ya se prepara para encarar el camino de la presidencia del Banco Europeo de Inversiones, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, han protagonizado de nuevo un choque de competencias.
Y decimos de nuevo porque no ha sido la primera vez que las ministras han evidenciado sus diferencias y antipatía por las decisiones de sus ministerios. En esta ocasión, el responsable del desencuentro ha sido el subsidio por desempleo.
¿Qué es el subsidio por desempleo y por qué ha iniciado un nuevo pulso entre Economía y Trabajo?
Para poder comprender este nuevo conflicto entre Nadia Calviño y Yolanda Díaz, es importante comprender qué es el subsidio. Hablamos de una ayuda que reciben todos los trabajadores que no tienen derecho a cobrar el paro, por ejemplo, quienes han cesado su actividad laboral, pero no han llegado a los 360 días cotizados exigidos.
Una reforma que entraría dentro del Componente 23 del Plan de Recuperación, que España ha comprometido con la Comisión Europea como exigencia para recibir un nuevo paquete de ayudas de los fondos europeos. No obstante, el Gobierno no ha enviado todavía los detalles definitivos y aún no parece que haya un acuerdo.
Una reforma que "no es un capricho"
Jesús Lahera es catedrático de Derecho del Trabajo y Seguridad Social en la Universidad Complutense de Madrid y ha asegurado este domingo en 'Mediodía COPE' que la reforma de este subsidio "no es un capricho" y ha recordado que se trata de una "condición de Bruselas". No tiene, no obstante, ninguna duda de que se terminará aprobando una reforma debido a ese compromiso con la Unión Europea.
El ministerio de Calviño contempla un subsidio de doce meses. El primer trimestre se cobraría el 100% del IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples). A partir de ahí, se comenzaría a reducir durante los próximos trimestres hasta llegar al 50% en el último trimestre del año. Una estructura pensada para servir como incentivo en la búsqueda de empleo.
Según Lahera, este subsidio "pasaría más bien a una ayuda al empleo", teniendo en cuenta que esta cuantía "empezará a ser cobrada en su mayor medida al principio e irá descendiendo de manera decreciente". Así, en la línea del plan de Calviño, esta reforma iría "vinculado a la búsqueda de empleo en el sentido de poder compatibilizar también durante un tiempo la propia cuantía del subsidio con un salario".
Por su parte, el Ministerio de Trabajo apuesta por una estructura en al que se eleven las cuantías. De hecho, Díaz asegura que el plan de Calviño repercute de forma negativa en el derecho al subsidio por desempleo. Un plan que no convence a empresarios, sindicatos, así como tampoco a Calviño.
En pocas palabras, Calviño pretende endurecerla para incentivar a los receptores de la ayuda a incorporarse al mercado laboral, mientras que Díaz intenta ampliarla para que ayude a más gente y de forma más generosa. De momento no se conocen más detalles, pero lo que sí está claro es que Trabajo y Economía tendrán que llegar a un acuerdo para cerrar esta reforma, que deberá estar lista antes del 31 de diciembre.