Pilar G. Muñiz, sobre La Palma, "un vecino: el Teneguía fue una bendición, el Cumbre Vieja una maldición"

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Bienvenido a Mediodía COPE en este martes en el que en la Isla de Palma van a recordar un momento también importante en su historia. Hoy se cumplen 50 años del inicio de la erupción del Teneguía. Hasta que se activó el Cumbre Vieja, el Teneguía era el último volcán terrestre que había entrado en erupción en nuestro país.

Si comparamos los dos volcanes vemos que la actividad del Teneguía fue corta: no llegó al mes, concretamente duró 24 días. El actual lleva ya 38 días. Además, el Teneguía fue menos virulento y no afectó a ningún núcleo de población. Sí hubo daños en algunas viviendas, pero provocadas en su mayoría por los terremotos.

Luis es un vecino de Fuencaliente y ha vivido los dos volcanes. Tenía 15 años cuando entró en erupción el Teneguía y nos ha explicado cómo lo vivió entonces y cómo vive ahora el Cumbre Vieja. Según él, aquel fue una bendición y este, una maldición.

Es cierto que el Teneguía fue mucho menos destructivo y dejó un paisaje nuevo que se convirtió muy pronto en un reclamo turístico. Lo malo de ese volcán de 1971 es que dejó dos fallecidos por inhalación de gases.

El de Cumbre Vieja, a pesar de la enorme devastación que está causando, con 906 hectáreas arrasadas, casi 7.000 vecinos evacuados y más de 2.100 inmuebles destruidos, no ha causado ninguna víctima, gracias al trabajo que han hecho los equipos de emergencia.

Aquí se nota el paso del tiempo, cómo los medios han cambiado en estos 50 años, son mucho más sofisticados, se usan drones, se monitoriza el aire cada minuto y hasta se usa la fibra óptica para hacer un seguimiento de la actividad sísmica del volcán.

Todo esto ha ayudado en esas labores de prevención, porque poco más que prevenir y proteger a la población se puede hacer ante un fenómeno de la naturaleza tan incontrolable e impredecible como es un volcán.

En las últimas horas, la actividad del Cumbre Vieja se ha intensificado. Esta misma noche, sin ir más lejos, se ha roto otra parte del cono principal y eso ha provocado un desbordamiento de lava que ha provocado que las coladas bajen mucho más rápido por la ladera.

Afortunadamente, aunque la cantidad de lava ha aumentado bastante, la mayor parte de las nuevas coladas fluyen por encima de las antiguas, así que no están destruyendo nuevas zonas.

Lo que es muy significativo es la cantidad de dióxido de azufre que sigue emitiendo. Ayer fue el día que se registró el nivel más alto: 53.600 toneladas, una cifra altísima que demuestra que la erupción del Cumbre Vieja está lejos de terminar.

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