La gesta de Vega y Saúl, los montañeros de 11 y 9 años en dos de los seismiles del Himalaya
A los Jiménez Rubio les gusta fundirse cada fin de semana con la montaña. Subir cumbres es parte de su vida. Ahora, acaban de cumplir un reto y de batir un récord
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"En el Kang Yatse, en las rampas finales iba bastante cansada porque eran muy empinadas. Veías la cumbre, pero nunca llegabas y ahí sí que decía, venga Vega tú puedes".
Así recuerda Vega Jiménez Rubio, de once años, estudiante de primero de la ESO, el ascenso con su hermano Saúl y sus padres, a la cumbre del Himalaya en su parte de la India a 6.250 metros. Así lo recuerda y se lo contaba esta semana a Pilar García Muñiz en Mediodía COPE.
No es la única cumbre importante que Vega ha coronado. También ha subido al Dzo Jongo situado a 6.214 metros, con lo que ella y su hermano pequeño, Saúl, de 9 años, serían los alpinistas más jóvenes que habrían coronado estas dos cumbres.
De hecho, Vega y Saúl solo hacen seguir el ejemplo de sus padres. Ellos convierten en realidad la principal frase del poema de Dorothy Law Nolte, "los niños aprenden lo que viven". Y Vega y Saúl han vivido desde la cuna la pasión de sus padres por la naturaleza, la montaña y el alpinismo.
Y los padres son, José María y Celia, amantes de la montaña, de hecho, José María -informático de profesión-, es técnico y profesor de la Escuela Castellana y Leonesa de Alta Montaña y Celia, administrativa, han tenido muy claro que el amor por la montaña que corre por sus venas se lo iban a transferir a sus vástagos. Con tan solo 3 y 5 años, Saúl y Vega ya participaban en escaladas con sus padres.
”El hecho de que ellos estén haciendo esta actividad como una persona adulta es bastante meritorio", dice José María en Mediodía COPE.
De los Alpes a los Andes
Nada les frena a los Jiménez Rubio, ya han subido a los Alpes, en Francia, los Andes, en Perú y si nos quedamos cerquita de casa, los Pirineos y los Picos de Europa, donde, en plena subida, el pequeño Saúl pensó que no estaría mal tener un perro porque le ayudaría a subir la montaña.
El llegar hasta este momento, explica José María "ha sido un proceso y tienen bastante bagaje. Nos has llevado desde que eran muy pequeñitos y nos ha llevado a que hicieran actividades de este tipo, ha sido un proceso muy bien llevado con mucha cautela y muy mimado".
A veces es complicado poder compatibilizar trabajo y aficiones, más difícil de compaginar, dice José María, cuando hay pequeños sobre todo "el tiempo de niños que están educándose y porque hay que procurar que todo sea lo mejor para ellos. La experiencia que teníamos Celia y yo, unida a la experiencia de tener niños, todo eso aglutinado, permite hacer una expedición de este tipo y que salga bien y que ellos tengan una experiencia valiosa con las virtudes que la montaña aporta".
¿Qué entrenamiento debe tener un pequeño montañero?
Ser montañero, subir altura requiere un entrenamiento para un adulto, ¿cómo se prepara a un niño? "Hacemos salidas habituales, salimos mucho a la montaña. Siempre se ilusionan mucho cuando proponemos algo y eso ha facilitado mucho este reto de los dos seismiles. Además, se mete en la cabeza que vas a hacer actividades muy potentes, a veces hacemos actividades más duras para llegar a estas", explica el padre.
Para alcanzar estas cimas, "hacíamos un treking previo para llegar al campo base, en realidad,lo resolvimos en diez días. Y la subida a la cima la resolvimos en 10 horas", cuenta José María.
Pese a que Vega y Saúl son muy disciplinados, a lo que unen una enorme dosis de ilusión, conseguir este reto, no ha estado exento de dificultades, "pero nunca dijeron que no podemos" todo lo contrario, "a lo mejor fueron los papás los que lo dijeron" confesaba José María a Pilar García Muñiz, "ellos van hablando, van riendo y los padres lo llevan peor. En la montaña tienes momentos eufóricos y otros que quieres decir tierra trágame. Hay momentos muy duros y estamos sorprendidos porque ves la evolución que han llevado".
Aquí interrumpe Vega para decir que "lo más costoso fue levantarme y salir a andar porque una cosa es levantarte y otra ponerte a andar".
La motivación y la disciplina
"Hay momentos en los que hay que parar y luego se les dice venga, vamos a dar veinte pasos y los niños son muy disciplinados y poco a poco llegas a la cumbre y ya te lo puedes creer", dice con orgullo José María.
Vega sigue diciendo que el subir los dos seismiles "mereció la pena los madrugones". Es feliz subiendo a la montaña y cuando en clase la felicitan por lo que ha conseguido, "porque me han visto en la tele".
¿Nuevos proyectos? "Mientras ellos quieran no vamos a parar en proyectos como estos", aunque admite el montañero que son muy costosos y "tenemos que ahorrar".