Así ha afectado el tiburón de Gran Canaria al dueño de un restaurante de la isla: "Cervecitas fresquitas"
Un enorme tiburón de dos metros ha sembrado el caos este fin de semana en las playas canarias de Telde, obligando a cerrarlas al baño
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El sábado los vecinos y turistas que se encontraban en la playa de Melenara, en el municipio de Telde (Gran Canaria), se llevaron un gran susto cuando presenciaron a un tiburón en el mar.
El escualo, de dos metros de longitud, se aproximaba a la orilla de la playa a gran velocidad ante la estupefacción de los bañistas que tuvieron que poner fin al día de playa una vez que quedó cerrada al baño por su seguridad.
La Policía Local de Telde activó un dispositivo de búsqueda del tiburón con motos acuáticas. Al día siguiente, domingo, todo parecía olvidado, por lo que las 10:00 de la mañana se izaba de nuevo la bandera verde, pero por poco tiempo.Tres horas más tarde volvía a verse al escualo, así que además de la playa de Melenara se cerraban también las de Salinetas y Tasarte, muy próximas, por seguridad.
No es el único tiburón que se ha visto estos días por estas playas. La Policía Local de la zona ha captado un tiburón martillo con un dron y también la playa de San Bartolomé de Tirajana, en el Balcón de San Agustín, se cerró al avistar otro escualo, aunque en este caso no se sabe ya si se trataba del mismo que estaba merodeando la costa o uno nuevo.
De momento, identificados, sí que hay dos tiburones diferentes en las costas grancanarias de Telde
"Cervecitas fresquitas"
La presencia de estos tiburones en el mar ha dado al traste con los planes de quienes se encontraban disfrutando de algunas de las playas de Telde y ha creado cierta alarma entre los vecinos.
Sin embargo, para Antonio, propietario de uno de los restaurantes de la playa de Salinetas ha sido más que gratificante.
Antonio, que lamenta en 'Mediodía COPE' que “había poca gente en la playa” al avistarse el tiburón, muestra su satisfacción porque esa gente “venía a tomar sus cervecitas” a su restaurante incrementando la caja en esos días.
Tal era la expectación y las ganas de ver al tiburón que la gente se agolpaba en las mesas de la terraza del restaurante de Antonio por si tenían la suerte de verlo “y de paso tomarse su cervecita fresquita”, cuenta el feliz propietario. Aunque finalmente en Salinetas no se vio al escualo, Antonio está más que contento por la gente a la que atendió en su restaurante, como le cuenta a Pilar García Muñiz.
“El ser humano no es la presa”
No es la primera vez que se avistan tiburones en las costas de Canarias. Recuerda que el verano pasado la prensa británica desaconsejaba viajar a nuestro país, por lo que ellos consideraban una alta presencia de tiburones en nuestras costas.
Como confirma Charlie Sarria, biólogo marino especialista en tiburones, “Canarias es una zona con gran presencia de tiburones, de rayas y de tiburón martillo” y asegura que “es fascinante verlos si se hace con seguridad y respeto”.
Sin duda, lo que más ha sorprendido esta vez es la velocidad a la que se movía el escualo, que puede alcanzar los “80 por hora”, explica el biólogo añadiendo que “el tiburón martillo tiene un sprint muy rápido”.
Aunque su presencia ha asustado a la población, Sarria asegura que “el tiburón martillo es muy esquivo, muy asustadizo, y el ser humano no es su presa”, por lo que podemos estar más tranquilos.
Y los datos lo constatan “al año mueren, de media, en torno 8-10 personas por el ataque de un tiburón. Y nosotros matamos más de 70 millones de tiburones para la famosa sopa de aleta de tiburón”.
Charlie es un gran defensor de esta especie “que está muy amenazada a nivel global” y de la que asegura que es “muy importante para el ecosistema”.
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