'Chechu', el torero dueño del toro que 'come paellas': “No está domado ni enseñado, es un toro bravo”

Desde hace unos días circula por las redes sociales y por WhatsApp un vídeo en el que se ve a un grupo de amigos disfrutando de una buena paella y una compañía especial y asombrosa: un toro bravo que también degustaba este plato tan típico y español junto a sus amigos.

Tamarit es el toro protagonista de esta historia, un toro bravo de lidia de unos 300 kilos, propiedad del torero madrileño José Ramón García 'Chechu', que ha sorprendido a todos con su comportamiento.

'Chechu' nos cuenta en 'Mediodía COPE' de donde viene esa relación tan especial con la res. “Cuando nació la madre lo rechazó” que es algo que suele suceder en las ganaderías de bovino y sobre todo de bravo y en ese momento los ganaderos, los criadores, se encargan de alimentar al animal para que sobreviva.

Así, durante meses 'Chechu' y Tamarit pasaban mucho tiempo juntos mientras le daba el biberón y lo criaba “creándose un vínculo conmigo que cuando estoy cerca, por los olores o con lo que él está a gusto, es capaz de entrar en el salón y hasta de comer paella”, añade el diestro.

Tamarit se acostumbró a tomar el biberón dentro de casa y cuando ya dejó la leche y empezó a comer pienso, estando con las demás vacas y hermanos “siempre venía buscando porque sabía que en la cocina o en el salón podía encontrar una barra de pan o cualquier cosa”, relata 'Chechu'.

Pero ahí no queda la cosa, porque debido a la crianza que ha tenido este toro para él, el salón de la casa o estar junto a su dueño “es su hábitat”, por eso no es de extrañar encontrarse a Tamarit “en invierno acostado junto a la chimenea o refugiándose del calor en el verano con el aire acondicionado”.

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Tamarit, un toro bravo

Pese a este comportamiento de este toro de 300 kilos, 'Chechu' asegura que “es un toro bravo, que ha embestido algunas veces, se ha pegado con otros toros, sobre todo cuando no estoy, porque cuando estoy, tiene ese vínculo que le hace estar relajado y en su hábitat”.

Asegura el diestro que “no es un toro domado ni enseñado” y está convencido de que “si lo cambiara de sitio, el toro embestiría”.

Como animal bravo y de lidia, 'Chechu' quiere probar su bravura, por lo que dice, “le voy a echar a las vacas para ver cómo actúa de semental y qué productos va dando”. Pero por ese vínculo tan especial que tienen toro y torero tiene muy claro que “el toro siempre va a estar en casa y se morirá de viejo”.

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Añtoñete y Romerito: la primera gran amistad entre toro y torero

Aunque a muchos les sorprenda esta relación, este vínculo entre un toro y un torero, lo cierto es que no es la primera vez que ocurre.

Muchos todavía tenemos en el recuerdo las imágenes de Antonio Chenel 'Antonñete' junto a su toro 'ensabanao', Romerito, Romero.

Romerito fue un toro, de encaste Murube, que el también torero Pedro Gutiérerez Moya 'El Niño de la Capea' regaló al diestro madrileño que crio en su ganadería y con el que llegó a tener una relación tan estrecha que su muerte le causó una gran depresión.