Ser párroco en la barriada más pobre de España: "La dignidad marca la identidad de lo que somos"
El párroco Agustín Rodríguez se ha reunido con el Papa en el Vaticano y le ha mandado un mensaje a sus vecinos: "Sigan apoyando a los que están entre ustedes"
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A lo largo de los catorce kilómetros de la Cañada Real en Madrid conviven desde hace décadas unas 7.000 personas, muchos de ellos en chabolas. Es el asentamiento irregular más grande de toda Europa y, atento, porque el Papa Francisco se fijado en todos ellos. “Sigan trabajando y apoyando a tanta gente buena que está entre ustedes”, les decía el Santo Padre a los vecinos de San Fermín y la Cañada Real, en Madrid. también “al grupo que hace la mediación, que es tan importante”
Y es que, el Santo Padre ha recibido en audiencia al párroco de la Cañada Real, a Agustín Rodríguez, “un chico despierto”, decía el Papa de él. En ese vídeo, que puedes ver al completo en las redes sociales de @EcclesiaCOPE, el Papa pide a todos los vecinos de este poblado que traben juntos, que apoyen a su párroco, Agustín, y al obispo, el cardenal José Cobo.
La labor de la Iglesia en Cañada Real
Y lo cierto, es que desde hace muchos años, la Iglesia está presente en esta zona de Madrid, de las más pobres de España, para dar a todas esas personas una segunda oportunidad y que empiecen a valorar su dignidad. Un don que nunca han perdido, pese a las condiciones tan paupérrimas en las que viven. El Papa es consciente de todo ello y de la importante labor pastoral que realiza Agustín Rodríguez, párroco de la Cañada, en Santo Domingo de la Calzada. “Nosotros estamos metidos en lo que tiene que ver con le anuncio del Evangelio entendido como un reino en el que la dignidad como hijos de Dios es lo que marca la identidad de lo que somos. Proponer, reconocer y aumentar esa dignificación”, ha precisado.
Agustín ha señalado que su parroquia centra su labor en implementar la dinámica comunitaria del entorno: “Que la realidad de la Cañada se entienda como un pueblo en la que se dé una red de confianzas. Esto nos vincula con personas de otros credos como musulmanes, protestantes u ortdoxos, y en ese crisol de culturas y religiones que se configura en la Cañada, la propuesta de la Iglesia cala”, ha apostillado.
En este sentido, el párroco de Santo Domingo de la Calzada ha recalcado que la relación con los musulmanes, mayoría en el sector 6, es estrecha: “El hecho de lo religioso nos sirve como instrumento de reconocimiento y apoyo mutuo. Con los musulmanes celebramos algunas fiestas comunes y propias. En las suyas participamos a veces, nos unimos para rezar ante atentados o guerras. Hay cercanía de las religiones que hemos potenciado y ellos nos reconocen y formamos parte de sus vidas”, ha señalado.
Sin luz y en condiciones infrahumanas: la vida en el sector 6 de la Cañada Real
Un total de 4.500 vecinos, de los cuales unos mil menores, conviven a escasos metros con el mayor mercado de droga de toda España. Precisamente, la sobrecarga de electricidad para mantener las plantaciones de marihuana, provocan el corte de suministro.
En el interior de las chabolas uno se puede encontrar electrodomésticos o ventiladores, pero que no pueden ser empleados por la falta de suministro.
El estado emocional de los habitantes navega entre la indignación, la desesperación y la resignación. En esta realidad difícil, los vecinos reparten responsabilidades entre los traficantes de droga que consumen toda la electricidad para sus plantaciones y las administraciones por no legalizar su situación o llevar a efecto un programa de realojo.
El paisaje en el sector 6 de la Cañada Real son carreteras en mal estado, hogueras para aplacar los efectos del frío con el riesgo que conlleva, los barreños para lavarse y por supuesto, historias en mucho casos dramáticas de personas que viven en condiciones infrahumanas.