Un enfermero que usó las mascarillas defectuosas: "Te exponen ante el enemigo con una espada de madera"
Juan Blanco, enfermero en un hospital de Murcia, en 'Mediodía': "Ha supuesto una exposición a un riesgo a mi familia”
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Imagínate la cara de los sanitarios cuando, hace unos días, se enteraron de la partida de mascarillas defectuosas que el Gobierno había repartido en diferentes comunidades autónomas.
Todo ocurrió mientras se empezaba a contar con material suficiente de prevención para que ellos estuvieran protegidos en su jornadas. Una vez pasada esa primera fase de falta de batas y de mascarillas, lo mínimo que se le podía aportar al personal en los hospitales era un buen equipo, un aislamiento del virus con total garantía.
Muchos trabajadores de centros sanitarios recibieron la llamada de advertencia cuando ya habían utilizado esas mascarillas “fake”. Es decir, ellos habían estado en contacto directo con contagiados sin protección.
En algunas comunidades, como en Murcia, han tomado medidas drásticas. Allí hay más de 1.100 sanitarios en esta situación.
Por ejemplo la doctora Cecilia Díaz, médico de Urgencias del Hospital de la Comarca del Noroeste de Caravaca (Murcia). Ella utilizó hace una semana mascarillas en mal estado, y se encuentra asintomática y esperando el resultado del test. Reconoce que la sensación que tiene es de “temor, inseguridad y desprotección”.
En iguales condiciones está Juan Blanco, enfermero del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca, en Murcia. Él mismo nos relata: “Como enfermero perfusionista que soy, me encargo del tratamiento de pacientes de los más graves contagiados por el coronavirus, a través de máquinas corazón-pulmón. Esto requirió que el jueves pasado estuviera al lado de un paciente con un material que se ha sabido que no protege. Estoy en mi casa, tengo una asintomatología específica que lo más probable es que no suponga gravedad. Aún así hasta el próximo jueves o viernes no se me podrá hacer la prueba que me confirme si estoy o no contagiado. La realidad es que esto ha supuesto una exposición a un riesgo a mi familia”.
Existen otras consecuencias que se derivan como la sobrecarga de los equipos de trabajo, que al ver mermadas sus plantillas deben contratar más personal.
A Juan le comunicaron la noticia sus superiores y reconoce que “fue un palo tremendo” y alude a la responsabilidad que él tiene en la UCI para que no se contagien sus compañeros.
Nos cuenta: “La situación para mi fue muy frustrante, y luego la frustración pasa a indignación porque durante este tiempo, obviamente, he recibido el calor de mis compañeros, del hospital y de la dirección del centro, pero por parte del Gobierno las explicaciones que hemos recibido son nulas; cuando la prensa les ha pedido responsabilidades todo han sido evasivas, y el cabreo continúa. Sientes que te están exponiendo al enemigo con espada de madera”.