Un historiador avisa a Trump por el cambio de nombre del Golfo de México: "Florida era española, es una cacicada"
El catedrático en Historia Medieval, José Luis Corral, defiende la identidad original de esta zona que bordea el continente y que el nuevo presidente de Estados Unidos promete variar
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La reciente propuesta de Donald Trump de cambiar el nombre del Golfo de México por el de "Golfo de América" ha generado un fuerte debate internacional. El catedrático en Historia Medieval, José Luis Corral, ha intervenido en esta polémica asegurando que esta idea es históricamente incorrecta y culturalmente imperialista. A través de un análisis exhaustivo de la historia de la región y de la conquista española, Corral defiende la identidad original de esta zona que bordea el continente americano, subrayando que la propuesta de Trump carece de fundamento histórico y responde más a una política de apropiación territorial que a una mejora geográfica.
La historia del Golfo de México, una vasta extensión de agua que baña las costas de varios países de América Central y del Norte, está profundamente marcada por la presencia española. Desde el momento en que Cristóbal Colón, en 1492, tocó tierra en las islas del Caribe, hasta la llegada de Hernán Cortés en el siglo XVI, los exploradores y conquistadores españoles fueron los primeros europeos en trazar rutas y realizar expediciones por esta región. A lo largo de más de tres siglos, el Caribe y las costas del Golfo de México estuvieron bajo el dominio de España, que dejó una huella indeleble en la cultura y la geografía del área.
En Poniendo las Calles, José Luis Corral aclaró que el nombre del Golfo de México no es solo una etiqueta geográfica, sino un reflejo de la historia y la cultura de la región. Corral explicó que, aunque los Estados Unidos no adquirieron territorio en el Golfo de México hasta principios del siglo XIX, la zona estuvo estrechamente vinculada con España, incluso con el territorio de lo que hoy es la Florida, que fue una colonia española durante siglos.
El historiador considera que cambiar el nombre del Golfo de México a "Golfo de América" sería una apropiación errónea e injustificada de una parte significativa de la historia de Hispanoamérica. "América no es solo Estados Unidos", subrayó Corral, refiriéndose a la tendencia estadounidense de autoproclamarse como el dueño de todo el continente. Para Corral, esta actitud refleja un nacionalismo exacerbado que en ocasiones roza el imperialismo cultural.
Un acto de "caciquismo" histórico
Corral calificó la propuesta de Trump como una "caciquada", una palabra que remite a la figura del cacique, el líder autoritario que impone su voluntad sobre los demás sin respetar las reglas ni la historia. "Cambiar el nombre de un espacio geográfico de tanta relevancia histórica sería una barbaridad", afirmó, y destacó que el Golfo de México ha sido denominado así desde hace más de 200 años en los mapas del mundo. Para Corral, este intento de Trump no es solo un capricho geopolítico, sino un intento de borrar la rica historia cultural de la región.
Además de cuestionar la legalidad y la legitimidad de la propuesta, José Luis Corral se mostró preocupado por las implicaciones políticas que este tipo de decisiones pueden tener a nivel global. Según el historiador, Trump no es ajeno a la idea de expandir su influencia más allá de sus fronteras, algo que podría estar relacionado con la recuperación de territorios históricos como el Canal de Panamá, otro de los proyectos polémicos del exmandatario. Este tipo de propuestas, argumentó Corral, podrían desembocar en una expansión territorial ideológica, que es la base de cualquier tipo de imperialismo.
Para José Luis Corral, la solución a este debate no radica en cambiar el nombre de una zona tan significativa como el Golfo de México, sino en respetar la historia y la diversidad cultural de los países que la conforman. De acuerdo con su visión, la comunidad internacional no aceptará una propuesta como esta, ya que el Golfo de México es mucho más que una extensión de agua para Estados Unidos: es un símbolo de la identidad compartida de América Latina y del legado de la colonización española.
La propuesta de Trump, aunque provocadora, ha servido como recordatorio de lo importante que es proteger los nombres y las tradiciones geográficas que han sido establecidos durante siglos, ya que, como bien señala Corral, "la historia no se reescribe a conveniencia".