La psicóloga Macu Gortázar revela por qué un hijo desafía a profesores y padres: "Tiene absoluto sentido"

La terapeuta explora cómo el estrés, el miedo y la incertidumbre, generados por este fenómeno natural, pueden tener consecuencias emocionales

José Manuel Nieto

Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

En una reciente intervención en el programa Poniendo las Calles, la psicóloga Macu Gortázar-Ibañez, experta en terapia familiar, abordó un tema que preocupa a muchos padres y educadores: el comportamiento desafiante en los niños. ¿Por qué algunos menores parecen desafiar constantemente a sus padres y profesores? ¿Es algo normal o hay algo más profundo detrás de estos comportamientos?

Según Macu Gortázar, el comportamiento desafiante no siempre debe ser motivo de alarma, especialmente en las primeras etapas del desarrollo infantil. "Entre los dos y los cuatro años, es absolutamente normal que los niños desafíen a los adultos", explica. En esta fase, los pequeños están construyendo su identidad y, en muchos casos, están probando los límites, tanto los suyos propios como los de los demás. Este proceso es parte de su aprendizaje emocional, y es natural que durante esta etapa los niños experimenten rabietas y conductas desafiantes al intentar gestionar sus emociones.

Sin embargo, Gortázar señala que este desafío tiende a disminuir conforme los niños crecen, ya que van entendiendo mejor los límites y las normas sociales. No obstante, el comportamiento desafiante puede continuar, y en algunos casos incluso intensificarse, durante la adolescencia, aunque generalmente en un contexto diferente.

Alamy Stock Photo

Una madre joven enojada intenta concentrarse en el trabajo en la computadora portátil mientras un niño pequeño desobediente la golpea con una almohada

Uno de los aspectos más importantes que Gortázar destacó es que, en muchos casos, el comportamiento desafiante no es más que una manifestación de emociones no gestionadas. "Cuando vemos niños que desafían a sus padres o profesores, tenemos que preguntarnos qué está detrás de esa conducta", subraya la psicóloga. Según su experiencia, muchos niños no saben cómo expresar lo que sienten, lo que puede generar frustración y, en última instancia, rabietas o comportamientos irritables.

por qué un hijo desafía a profesores y padres

"Muchos de estos niños están tristes o enfadados, pero no tienen las herramientas emocionales para expresar lo que les pasa. Entonces, el desafío se convierte en una forma de comunicarse", explica Gortázar. En este sentido, el comportamiento desafiante puede ser interpretado como una forma de pedir ayuda, aunque en ocasiones no sea comprendido de esa manera por los adultos.

Un tema que Gortázar exploró profundamente fue cómo eventos traumáticos, como el paso de la Dana en Valencia, pueden influir en el comportamiento de los niños. Si bien algunos padres pueden pensar que los niños están "bien" tras un evento traumático, la psicóloga advierte que es común que los efectos de estos sucesos no se manifiesten inmediatamente. "Es muy habitual que, incluso meses después de un evento traumático, el niño empiece a mostrar un comportamiento más desafiante", explica Gortázar.

      
             
      

El cerebro humano, especialmente en los niños, necesita tiempo para procesar las experiencias emocionales, y las secuelas de un suceso traumático pueden no aparecer de forma inmediata. "El niño puede parecer estar bien después del evento, pero más tarde, meses o incluso un año después, puede empezar a mostrar problemas de comportamiento en la escuela o en casa", añade.

Alamy Stock Photo

Un niño molesto con los pies sobre la mesa mientras viaja en tren. Niño pequeño travieso que no se comporta bien en un medio de transporte en movimiento

Gortázar resalta que situaciones como la pérdida de una casa, el estrés en el hogar debido a la incertidumbre o la exposición a situaciones de miedo o tragedia pueden desencadenar un malestar emocional profundo en los niños, que no saben cómo gestionar. El comportamiento desafiante, en estos casos, es una señal de que el niño no está procesando adecuadamente lo que ha vivido y necesita apoyo emocional para comprender y manejar sus sentimientos.

La psicóloga Macu Gortázar

Otro factor crucial que Gortázar menciona es el estrés de los padres. En situaciones de crisis, como la pérdida de una vivienda, la inseguridad económica o emocional, los niños son muy susceptibles a captar las emociones de los adultos. "Cuando los niños ven a sus padres angustiados o tristes, ellos no saben cómo manejar esas emociones, y a menudo lo expresan a través de comportamientos desafiantes", señala.

      
             
      

La psicóloga explica que los niños, al no tener la madurez emocional necesaria, pueden volverse "esponjas" que absorben las tensiones y preocupaciones de los adultos que los rodean. Esto, a su vez, puede hacer que el niño se vuelva más irritante o desobediente, como una forma de externalizar el malestar que sienten internamente.