El pueblo de Teruel para viajar este invierno y disfrutar de la temporada de trufas: "A partir del puente de noviembre"

Pedro Madera recomienda a Carlos Moreno 'El Pulpo' la localidad aragonesa, señalando todo el turismo que hay en torno al tubérculo tan popular en la época de la Navidad

José Manuel Nieto

Publicado el

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El invierno en Teruel, especialmente en localidades como Mora de Rubielos, ofrece una experiencia única para los amantes de la gastronomía. En una reciente conversación en Poniendo las Calles, Carlos Moreno 'El Pulpo' y Pedro Madera, experto en rutas y gastronomía, exploraron la importancia de la trufa en la región y cómo esta se convierte en el centro de atención durante los meses más fríos del año.

La trufa negra, un tubérculo apreciado por su intenso sabor y aroma, es considerada un producto de lujo que transforma cualquier plato. Pedro Madera destaca que España se ha consolidado como una de las principales potencias en la producción de trufa negra, con regiones como Teruel, Soria y Guadalajara a la vanguardia.

Sin embargo, es Mora de Rubielos la que se posiciona como un destino turístico premium gracias a su oferta relacionada con este manjar. Mora de Rubielos no solo es conocida por su arquitectura histórica y sus paisajes encantadores, sino también por haber desarrollado un turismo en torno a la trufa.

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Iglesia y arquitectura de Mora de Rubielos, Teruel, España

A partir del puente de noviembre, el pueblo comienza a recibir a visitantes que buscan degustar este delicado producto en sus diversas formas. La oferta incluye menús de degustación en restaurantes locales, tratamientos de spa que incorporan trufa, y rutas en la montaña para aprender sobre su recolección.

El pueblo de Teruel

Madera resalta que la experiencia gastronómica en Mora de Rubielos es completa, ya que se combina la riqueza cultural del lugar con la excelencia culinaria de la trufa. Las ferias de trufa, que se llevan a cabo en la comarca, atraen a gourmets y curiosos de toda España, convirtiéndose en un punto de encuentro para productores, cocineros y amantes de la cocina.

El interés por la trufa ha crecido significativamente en las últimas décadas, y su popularidad ha abierto la puerta a un nuevo tipo de turismo que combina gastronomía y naturaleza. Madera menciona cómo las técnicas de cultivo han evolucionado, permitiendo que cada vez más productores se dediquen a la truficultura.

      
             
      

Este aumento en la producción ha hecho que la trufa sea más accesible, aunque su precio aún puede alcanzar cifras impresionantes, dependiendo de la calidad. La propuesta de turismo en Mora de Rubielos se centra en la vivencia integral de la trufa, no solo como un alimento, sino como una experiencia que abarca desde su recolección hasta su cocción.

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Un niño camina por un callejón con casas antiguas en Mora de Rubielos, Teruel, España

Los visitantes pueden participar en cursos de cocina donde aprenden a utilizar la trufa como ingrediente estrella en platos típicos de la región. Esto no solo contribuye al crecimiento del turismo, sino que también ayuda a combatir la despoblación, un problema que afecta a muchas áreas rurales en España.

Para viajar este invierno

La temporada de trufas, que abarca desde noviembre hasta marzo, es un momento mágico en Mora de Rubielos. Durante estos meses, el frío crea un ambiente perfecto para disfrutar de este tubérculo, y los visitantes pueden experimentar la calidez de la gastronomía local en un entorno pintoresco. Madera invita a los oyentes a descubrir esta localidad aragonesa, donde la trufa no solo es un producto, sino un símbolo de identidad y orgullo.

      
             
      

En conclusión, Mora de Rubielos se presenta como un destino ideal para quienes desean disfrutar de la trufa en invierno. Con su rica oferta gastronómica, paisajes impresionantes y un ambiente acogedor, este pueblo de Teruel se convierte en un lugar imprescindible para los amantes de la buena mesa. Así que, si estás planeando una escapada este invierno, no olvides incluir Mora de Rubielos en tu itinerario. ¡La trufa te está esperando!