El síntoma relacionado con la ansiedad que preocupa a los psicólogos cuando tomas una decisión: "Los límites"
La terapeuta Macu Gortazar destaca cómo mucha gente no sabe lo que necesita o está más pendiente de lo que necesitan los demás que lo que necesitan ellos
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En un mundo en el que las decisiones parecen tener un impacto inmediato y visible, muchas personas se enfrentan a la dificultad de tomar decisiones claras y firmes. Este reto no solo está vinculado a la incertidumbre, sino que puede ser también un síntoma de ansiedad, especialmente cuando hay un problema profundo que afecta a la autoestima o la gestión de los propios límites. Esta es una de las conclusiones que se extraen de la charla entre la psicóloga Macu Gortázar Ibáñez de la Cadiniere y Carlos Moreno 'El Pulpo', en el programa Poniendo las Calles, donde ambos abordan cómo la dificultad para decidir está relacionada con la manera en que gestionamos nuestras necesidades personales.
Según Gortázar, uno de los principales conflictos radica en cómo la mayoría de las personas no saben lo que realmente necesitan. En lugar de identificar y priorizar sus propios deseos y necesidades, muchas veces están más pendientes de lo que necesitan los demás. Este desajuste no solo afecta la capacidad de tomar decisiones, sino que genera un gran malestar emocional que puede derivar en ansiedad, baja autoestima y una incapacidad para establecer límites claros con los otros.
El concepto de "límites" es clave cuando hablamos de tomar decisiones. La terapeuta explica que, en general, las personas tienen dificultades para poner en práctica sus propios criterios y valores cuando se enfrentan a decisiones importantes, especialmente cuando estas decisiones tienen implicaciones para otras personas. Este fenómeno está directamente relacionado con el miedo a ser percibido como egoísta. La pregunta que muchos se hacen es: ¿Estoy siendo demasiado egoísta si pongo mis necesidades antes que las de los demás?
Gortázar sostiene que, al final, tener claro qué es lo que uno necesita y aprender a pedirlo o a actuar en consecuencia es fundamental para no caer en la trampa de la indecisión crónica. Pero, como la psicóloga señala, este proceso no es sencillo, ya que implica una reflexión profunda sobre nuestras necesidades y la capacidad de responsabilizarnos de las decisiones que tomamos. Esta toma de responsabilidad, por pequeña que sea, siempre tendrá un impacto y consecuencias para nosotros y para los demás, lo cual puede generar un temor profundo a equivocarse.
El miedo a las consecuencias
Uno de los puntos más importantes que destaca Gortázar es la relación entre la dificultad para tomar decisiones y la baja autoestima. Cuando alguien no tiene confianza en sí mismo, cualquier decisión parece implicar un riesgo demasiado grande. Tomar una decisión es, en última instancia, aceptar que tendrá consecuencias. Esto puede hacer que la persona se "haga pequeñita", evite la responsabilidad y, en consecuencia, se vea atrapada en un ciclo de indecisión.
La falta de confianza en las decisiones, a menudo, no es solo una cuestión de no saber qué hacer, sino de temer las posibles consecuencias de esas decisiones, que pueden estar relacionadas con el miedo al juicio o al rechazo de los demás. Este miedo, alimentado por una autoestima frágil, puede llevar a una parálisis que genera más ansiedad.
Para Gortázar, el primer paso para superar esta barrera es ser consciente de nuestras propias necesidades y cómo estas se traducen en nuestras decisiones. Esto implica un proceso de autoconocimiento en el que la persona debe aprender a priorizar sus propios deseos y poner límites claros. Decidir lo que uno quiere, qué es lo que necesita y cómo lo puede lograr, es un acto de responsabilidad personal que no solo contribuye a nuestra autoestima, sino que también mejora nuestra capacidad de tomar decisiones.
En este sentido, la psicóloga aconseja que, en lugar de centrarse exclusivamente en lo que los demás piensan o necesitan, es fundamental centrarse en lo que uno mismo desea y necesita para sentirse equilibrado y realizado. Esta práctica, aunque difícil, es esencial para mejorar nuestra capacidad de decidir y, por ende, reducir la ansiedad asociada a la toma de decisiones.
La importancia de los límites en el proceso de toma de decisiones
El síntoma de ansiedad relacionado con la dificultad para tomar decisiones está estrechamente vinculado a la gestión de los límites personales y la autoestima. Al aprender a identificar nuestras propias necesidades y a poner límites claros con los demás, podemos mejorar significativamente nuestra capacidad de tomar decisiones, sin caer en la trampa de la indecisión constante. En última instancia, se trata de entender que nuestras decisiones son un reflejo de nuestro criterio y nuestros valores, y que tomar responsabilidad sobre ellas es un acto que fortalece nuestra salud emocional y mental.
A medida que la sociedad se enfrenta a un aumento de la ansiedad y la incertidumbre, reconocer estos patrones y abordarlos con honestidad y autocompasión puede marcar la diferencia entre vivir con miedo a decidir o vivir con confianza en nuestras propias elecciones.