La decisión de un hostelero de Sevilla cuando un cliente pide a un camarero y "no sabía lo que era": "45 años"

No es raro escuchar la palabra edadismo últimamente y esto es en alusión al rechazo que generan las personas de cierta edad a las que se arrincona en sectores de la sociedad

Un restaurante vacío

José Manuel Nieto

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El 45% de la población española se siente discriminada por su edad, según un informe de las Naciones Unidas. El edadismo se está convirtiendo en un problema de salud pública, pero principalmente afecta al trabajo. Mariano lo previene en Sevilla con una medida que llama la atención en su local de hostelería y que explica en Poniendo las Calles.

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El edadismo se hace evidente en diferentes aspectos de la vida cotidiana, como el mercado laboral. Muchas personas de edad avanzada se enfrentan a grandes dificultades para encontrar empleo y a menudo se ven obligadas a luchar durante largos periodos de tiempo para conseguir una oportunidad laboral.

Afecta también a los jóvenes, por ejemplo en lo relativo sus menores sueldos por iguales funciones dentro de la empresa que otros trabajadores, pero el edadismo es más frecuente hacia los mayores. Una de cada dos personas en el mundo tiene actitudes edadistas hacia los de más edad.

Sorprendentemente, más de la mitad de los desempleados mayores de 50 años llevan más de un año en búsqueda activa de trabajo, mientras que casi el 60% de los desempleados de 45 años son considerados parados de larga duración. ¿Conformismo? ¿Falta de oportunidades? Mariano valora su experiencia en su local de hostelería, como explica en Poniendo las Calles.

La decisión

"Normalmente, sólo la gente de aquí, del barrio, de las oficinas, porque estando en pleno centro de Sevilla los bancos, las notarías y también tenemos un público de hoteles", señala Mariano en Poniendo las Calles sobre los clientes que tiene, "pero claro, es un público que va buscando también los sitios típicos y tradicionales".

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Ahí está el quid de la cuestión: "El problema que tengo es que necesitamos un personal que esté un poco cualificado en el aspecto, que sepa lo que es un vino blanco, las denominaciones de origen, que sepa en cada copa que hay que poner los vinos". Por eso, Mariano busca a personas de más de 45 años.

"Por ejemplo, el otro día tuvieron un percance", explica, "uno de los chavales que estaba trabajando, pues llegó un cliente de toda la vida y le dijo ponga aquí un vermut y el camarero le preguntó al cliente: Bueno, ¿y eso qué es? ¿Un vino blanco? ¿Un vino tinto?".

El camarero "no sabía lo que era". "Entonces, el cliente te mira como diciendo bueno, pues esto está cambiando mucho", señala Mariano en Poniendo las Calles, "y claro, nosotros, para no perder el típico sitio tradicional de toda la vida, pues tenemos que ir buscando un personal adecuado a nuestros clientes, porque hoy en día la hostelería europea está llegando a todo sitios".

La hostelería europea

Mariano pensaba "que aquí a Sevilla no iba a llegar o a Madrid a los sitios castizos o a San Sebastián": "Y a la hostelería europea ya sabemos lo que es. Tú llegas a un sitio, te ponen un QR o bien en una tableta o bien en un escaparate. Pones el teléfono, eliges, le da un botón y viene una persona con un vino blanco o una cerveza, te pone una hamburguesa o te pone un sándwich".

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La decisión de un hostelero de Sevilla cuando un cliente pide a un camarero y no sabía lo que era

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"Y entonces ese es el problema que tenemos", remarca el hostelero, "no es la hostelería típica de Sevilla, de Madrid, de Barcelona o de San Sebastián": "Y todavía queda muchos sitios que en la hostelería moderna o las franquicias no pueden quitarnos de nuestro sitio porque tengo 50 años y bueno, va a costar trabajo que me sienta fuera".

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