Las dantescas escenas que vivieron los pasajeros en el avión cuando comenzó a arder uno de los motores
El pánico se apoderó de los que estaban a bordo. Alberto fue uno de ellos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Entusiasmados y ansiosos. Así se encontraban Alberto y su amiga en los días previos de su viaje a Praga. Pero el percance aéreo que sufrieron hace que el resto del viaje, visto con el paso del tiempo, quedara en un segundo o tercer plano. El avión despegó a la hora prevista. Las azafatas comenzaron a ofrecer servicio de hostelería como viene siendo habitual. Pero la paz se truncó a los veinte minutos de despegar. Fue el momento en el que una pasajera gritaba “¡Fuego, fuego!”: “Todos empezamos a mirar en el flanco derecho donde se encontraba la señora, donde efectivamente veíamos cómo en uno de los motores comenzó a salir humo”.
El pánico se apoderó de los pasajeros, incluido de Alberto: “Sientes que se te va la vida. No había manera de salir. Comenzó a parpadear el cinturón de seguridad y el capitán de la tripulación nos informó que había una avería, por lo que tendríamos que hacer un aterrizaje de emergencia”.
El avión no paraba de tambalearse, como si el clima fuera desfavorable. No se estabilizaba: “Todos estábamos muy asustados. Mi amiga me cogió tan fuerte de la mano que todavía unos años después siento clavadas sus uñas. Había padres abrazando a sus hijos, una madre llorando, una señora incluso sacó el rosario para rezar, maletas en el suelo...”
Finalmente, el capitán del avión informó que la situación estaba controlada, y que en los próximos minutos se practicaría el aterrizaje forzoso. Alberto hoy lo recuerda sin dramas, aunque llegar a esta paz interior no le ha resultado tarea sencilla: “Tuve que ir al psicólogo porqué pasé mucho miedo. En ese momento se te pasa la vida entera y te das cuenta de lo bonita y lo corta que es”, reflexiona Alberto.