La polémica derrota del Real Madrid y la pelea por LaLiga, en El Tertulión de los domingos de Tiempo de Juego

La entrada de Romero a Mbappé

El líder pinchó en el RCDE Stadium en un partido con una jugada clave. A la hora de partido, en una carrera de Kylian Mbappé, el defensa del Espanyol Carlos Romero no tuvo otra forma de frenar al delantero francés que con una patada por detrás. Sin opción de llegar a la pelota, los tacos impactaron en el gemelo izquierdo del madridista que cayó derribado con gestos de dolor. No impactaron de lleno y el colegiado Muñiz Ruiz castigó la acción con una tarjeta amarilla.

Nadie desde el VAR avisó al árbitro principal del encuentro para que revisase la jugada. El Real Madrid, que había pedido dos penaltis y lamentaba un gol anulado a Vinícius, acabó indignado con la actuación arbitral. El destino quiso que fuese Romero el que, en uno de los dos disparos que recibió Thibaut Courtois, marcase culminando un contragolpe el tanto que saca al Espanyol del descenso y que echa el freno al líder de LaLiga.

La acción 'maradoniana' de Lamine Yamal

Acababa de arrancar el partido en el Estadio Olímpico Lluís Companys cuando Lamine Yamal dejó la jugada de la jornada. Disfrazado de Diego Armando Maradona, para los más jóvenes de Leo Messi, recibió el balón pegado a banda derecha y vigilado de cerca por dos jugadores del Alavés. Con el control orientado y su arrancada veloz los dejó atrás. También la ayuda de un tercero.

Traspasó la línea del centro del campo con un recorte hacia su izquierda al rival que le salió al paso, frenó en seco con un amago a la derecha a otro jugador. Los sonidos de admiración ya se escuchaban en la grada. Rodeado de hasta cuatro adversarios avanzó con el balón cosido a la bota antes de ver a Raphinha en la izquierda para que el brasileño definiera ajustado al poste. Lamine ya hacía gestos a la grada en un día importante que mete al Barcelona de lleno, de nuevo, en la pelea por el título, a cuatro puntos del Real Madrid. Aún tiene 17 años.

El grito de Javi Guerra

El Valencia y Mestalla creen en la salvación. Penúltimo clasificado y aumentando aún más las exigencias tras el triunfo del Espanyol, la distancia a la salvación se ampliaba antes de una auténtica final por la permanencia. Los de Carlos Corbarán necesitaban ganar, cambiar la imagen de la goleada recibida ante el Barcelona y meter en la pelea al Celta de Vigo.

Cuando más sufrían, tras ser empatados por el Celta, la sociedad Rioja-Javi Guerra sacó oro. El centrocampista pisó con potencia área rival para controlar el pase filtrado de zurda y enganchar rápido, un derechazo arriba con toda la rabia del valencianismo. No había marcado en toda la temporada y soltó toda la tensión acumulada en su celebración. Un grito liberador en plena locura. La permanencia está a cuatro puntos.

Los penaltis detenidos por Batalla

El nombre de Augusto Batalla se asoció a la picaresca en el triunfo del Rayo ante el Girona por las pérdidas de tiempo. Una semana después el portero argentino acabó manteado por sus compañeros en Butarque tras ser decisivo en una nueva victoria rayista que sitúa al equipo de la franja en posiciones europeas.

Era el minuto 96, con cinco de añadido, cuando el VAR avisó al colegiado de una pena máxima a favor del Leganés. Miguel de la Fuente asumió la responsabilidad. A la derecha del portero que le adivinó las intenciones. El rechace acabaría en la red con un remate de Rosier y en gol anulado. Había entrado antes de tiempo en el área. Al hacerlo también Mumin, el penalti se debía repetir. Mismos protagonistas y mismo resultado. De la Fuente cambió el lado y Batalla salió ganador. El gran protagonista con dos penas máximas detenidas en un final de partido de locura.

El estreno de Antony

La magia de Isco necesitaba de un socio a su altura. Lo encuentra en Antony que brilló en su debut con el Real Betis, donde llega con ganas cedido pero con ganas de relanzar una carrera que se frenó de forma inesperada en el Manchester United. Un nuevo 'galáctico' llega a LaLiga EA Sports.

Lo demostró desde su primer día. Eléctrico, encarador, demostrando su calidad en cada acción en la que entró en juego. De un disparo suyo nació el primero del Betis. Y en la última acción del primer acto llegó el gol de la jornada. La presión de Bakambu, que había fallado un mano a mano, y el balón cayó a Perraud. Lejos de la portería rival, giró sobre su mismo y soltó un cañonazo de diestra directo a la escuadra de Unai Simón. Llevaba dos años sin celebrar un gol y el reencuentro fue a lo grande. No sirvió para dar la victoria al equipo de Manuel Pellegrini por dos malas acciones defensivas pero la afición del Betis vibró con su nuevo jugador.