Carta del obispo de Coria-Cáceres: «Sal por los caminos e insiste otra vez»

Queridos hermanos:

Con el mes de septiembre terminan las vacaciones de verano y comenzamos un nuevo curso académico, laboral, y también pastoral. Los calores que nos aletargan durante el verano van pasando poco a poco y llega el momento de ponernos en marcha con nuevas fuerzas.

En estos primeros días del mes, tan propios para las programaciones, hemos tenido ya la primera reunión del consejo de pastoral. Es el órgano más amplio de participación y corresponsabilidad en la misión de la Iglesia diocesana, formado por 43 personas en representación de todas las áreas pastorales, de todas las zonas geográficas y de todos los estados de vida cristiana: clero, vida consagrada y laicos. Tras varios años de inactividad debido a la pandemia y a la sede vacante, se ha vuelto a constituir. Este primer encuentro ha sido más bien de carácter organizativo. El próximo día 8 de octubre se reunirá de nuevo, en vísperas de la apertura del curso pastoral que tendrá lugar el día 9 de octubre en Coria y el domingo siguiente, día 16, en Cáceres.

El Consejo de pastoral ha retomado las disposiciones del XIV Sínodo diocesano y las Orientaciones pastorales 2019-2024. Aunque se remontan ya tres años atrás, tienen el gran valor de recoger la voz, la ilusión y el compromiso de toda la diócesis. Además, nuestro Sínodo local se ha visto enriquecido por la fase diocesana del proceso sinodal convocado por el Papa

Francisco en 2021. Las conclusiones de la "consulta", que en nuestra diócesis ha convocado a más de 1800 personas, son también un reflejo de nuestra realidad y actualizan las Orientaciones pastorales. La sintonía entre las Orientaciones de 2019 y las conclusiones de 2022 manifiesta, de alguna forma, que el proceso sinodal de la Iglesia universal ha venido a corroborar y a dar un nuevo impulso a nuestro sínodo particular.

El lema para el quinquenio 2019-2024 en nuestra diócesis es: "Sal por los caminos". Estas palabras son un mandato misionero, que encontramos en la parábola del banquete (Lc 14). Primero son invitados los familiares, amigos y vecinos, pero estos no aceptan la invitación; en un segundo momento, el Señor envía su mensajero a las ciudades para llamar a pobres, cojos, ciegos, lisiados. Pero todavía no se llena la sala del banquete. Y en un tercer envío misionero el Señor dice a su criado: "Sal por los caminos e insiste para que entren y llenen mi casa". El tercer envío por los caminos busca a los que andan perdidos y extraviados, a los que invita con insistencia a llenar la sala del banquete.

Este es el reto eclesial del tercer milenio, como nos señala el papa Francisco: una Iglesia en salida a los caminos del mundo, hasta las periferias. Con frecuencia, aparece en el evangelio esta gradación que manifiesta cada vez con mayor intensidad el amor incondicional y gratuito de Dios: los trabajadores de la viña contratados por la mañana, a mediodía y por la tardes, echar las redes otra vez (Duc in altum!). Cuando san Juan Bautista denuncia la falta de conversión de los fariseos, les anuncia: "Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras", profetizando así la conversión de los pecadores y de los gentiles. Estamos en el momento de la misión y de la conversión, en el momento de la insistencia y la misericordia.

El Señor sigue queriendo que su casa, sus Iglesias, sus comunidades, se llenen de invitados. Y nos dice también hoy: Sal por los caminos e insiste otra vez. Este mandato misionero anima, desde la primera página a la última, el plan pastoral de nuestra diócesis. Todos estamos invitados a participar en la misión de la Iglesia, a asumir las prioridades pastorales y a comprometernos con ellas.

El comienzo de este curso es, si cabe, más importante que en años anteriores porque no venimos solo del parón estival, sino también de la "retiro" que ha supuesto el #QuédateEnCasa.

Con mi bendición,

+ Jesús Pulido

Obispo de Coria-Cáceres