Carta del obispo de Léon: «Frenar la desigualdad está en tus manos»

Luis Ángel de las Heras asegura en su carta de hoy que terminar con el hambre en el mundo pasa por experimentar, promover y construir la fraternidad humana local y universal

luisangeldelasheras

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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Vamos avanzando por 2023 y llegamos a la Campaña Contra el Hambre en el mundo. Manos Unidas nos invita una vez más a preparar y celebrar el 10 de febrero, el Día del Ayuno Voluntario; y el domingo 12, la Jornada Nacional. Dos fechas para recordar e impulsar el compromiso —que ha de ser habitual— de hacer frente a esta tragedia que avergüenza a la humanidad.

«Frenar la desigualdad está en tus manos» es el lema de la 64 Campaña de Manos Unidas. Desde sus comienzos la Iglesia ha promovido la igualdad luchando por desterrar las desigualdades existentes en la humanidad y cualquier sistema que las propiciase. Dios nos crea a todos iguales y nos hace partícipes del bien común por la naturaleza humana. Facilitar el acceso de todos a los bienes para subsistir y vivir con dignidad debe ser el proyecto común de todos los seres humanos, comenzando por contrarrestar las desigualdades que menoscaban la dignidad humana, al tiempo que reconocemos las diferencias que enriquecen al ser humano.

En nuestras manos está hacernos conscientes y asumir estas convicciones con todas sus consecuencias. Dice el papa Francisco en Fratelli tutti: «Muchas veces se percibe que, de hecho, los derechos humanos no son iguales para todos. […] “Mientras una parte de la humanidad vive en opulencia, otra parte ve su propia dignidad desconocida, despreciada o pisoteada y sus derechos fundamentales ignorados o violados”. ¿Qué dice esto acerca de la igualdad de derechos fundada en la misma dignidad humana?» (FT 22).

La igualdad sigue siendo un desafío mundial que muchos reducen a discursos y lemas. Para los cristianos no puede ser así. No podemos caer en la indiferencia y la comodidad por el hecho de tener lo suficiente, o incluso estar instalados en el lado de la opulencia, mientras hay hermanos nuestros que siguen sufriendo por la falta de lo imprescindible para subsistir y vivir dignamente. Debemos creer firmemente que está en nuestras manos frenar y hacer desaparecer la desigualdad y, por tanto, el hambre en el mundo.

San Pablo VI señaló en su encíclica Populorum progressio que las causas del hambre y de otras carencias no son principalmente materiales. Benedicto XVI lo recuerda en Caritas in veritate, invitándonos a reconocer dichas causas en el desentendimiento de la solidaridad, en un pensamiento que no orienta adecuadamente el deseo, pero, especialmente, en la falta de fraternidad entre los hombres y entre los pueblos (cf. CV19). En la misma línea, el papa Francisco afirma que la igualdad «es el resultado del cultivo consciente y pedagógico de la fraternidad» (FT 103).

Por consiguiente, tomar conciencia de que está en nuestras manos frenar la desigualdad y terminar con el hambre en el mundo pasa por experimentar, promover y construir la fraternidad humana local y universal. Logremos que 2023 sea un año en el que avancemos hacia un mundo más humano, más fraterno y con menos desigualdades; más digno y con menos hambre en el mundo; más cristiano...

Oramos con el papa Francisco: «Señor y Padre de la humanidad, / que creaste a todos los seres humanos con la misma dignidad, / infunde en nuestros corazones un espíritu fraternal. / Inspíranos un sueño de reencuentro, de diálogo, de justicia y de paz. / Impúlsanos a crear sociedades más sanas / y un mundo más digno, / sin hambre, sin pobreza, sin violencia, sin guerras» (FT 287). Amén.

Con mi afecto y bendición.

? Luis Ángel de las Heras Berzal

Obispo de León

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