Protagonistas de la transformación
"Ponte en marcha", nos ha vuelto a decir Cáritas, "no te pares", "no te des la vuelta", "no mires atrás"
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Adquirir el compromiso de hacer todo lo posible para mejorar el mundo es algo definitivamente ambicioso y muy exigente, pero también lo más bonito que uno puede hacer en la vida. Nos lo pedía Cáritas en el Día de la Caridad y, un año más, los datos de su encomiable acción para paliar los procesos de empobrecimiento han sido el mejor reclamo, como también fueron una potente llamada de atención las conclusiones del informe FOESSA sobre la exclusión y desarrollo social en España, dadas a conocer unos días antes.
"Ponte en marcha", nos ha vuelto a decir Cáritas, "no te pares", "no te des la vuelta", "no mires atrás". Y ponerse en marcha implica dar pasos, aunque sean pequeños y aparentemente insignificantes, pero darlos en varias direcciones. No basta con desprenderse de lo que sobra; es necesario involucrarse un poco más, casi podría decirse que no queda más remedio, ya que por desgracia el catálogo de maneras con las que los seres humanos podemos llegar a atacar nuestro propio mundo es de lo más variado.
Tenemos que renovar nuestra forma de vivir… golpe a golpe, verso a verso, pero con un objetivo claro: mejorar lo que nos rodea y, por ende, lo que dejaremos en herencia a quienes nos sucederán. Debemos ensamblar ese COMPROMISO con nuestras decisiones políticas, pero también sociales o económicas. Tenemos que cambiar la forma de emplear el dinero, revisar nuestra manera de relacionarnos, chequear –siendo estrictos– nuestro consumo implacable contra el medio ambiente… Hasta el modo en que ocupamos nuestro tiempo debería ser objeto de examen, porque la causa lo merece.
En nuestra diócesis de Valladolid fueron tres millones de euros los gestionados por Cáritas en 2018 y 16.592 las personas beneficiarias, pero son millones los rostros que no podemos dejar de mirar dentro y fuera de nuestras fronteras, porque solo el que mira la realidad con ojos sinceros se deja interpelar por ella y se atreve a responder con lo mejor de sí mismo. Cáritas nos recuerda, además, que haciendo el camino en comunidad tendremos más posibilidades de cargar con la realidad de los vulnerables.
Y es que el mensaje de nuestros obispos, que nos advierte de que estamos obligados a custodiar la realidad del hombre creado a imagen y semejanza de Dios y de que nuestra obligación como cristianos es entregarnos por los heridos de la vida, no circunscribe su actualidad a la solemnidad del Corpus Christi; es una invitación a ser protagonistas todo el año, en cada momento de nuestras vidas, de la construcción de un mundo mejor.