La música sacra, compañera ideal para este tiempo de Cuaresma
Como en cualquier tiempo litúrgico, también el canto y la música pueden ayudar a los feligreses a prepararse de la mejor manera para la festividad de la Pascua
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Es Miércoles de Ceniza. Comienza el tiempo de la Cuaresma, período litúrgico que prepara a los cristianos para la fiesta de la Pascua. Es un tiempo de conversión, de preparación y de reconciliación utilizando los tres principales caminos que la Iglesia nos ofrece: la oración, el ayuno y la limosna.
El tiempo de Cuaresma es un periodo claramente austero, que ayuda a la persona a disponer su corazón para encontrarse con el Señor. Pero esto no quiere decir que la música y los cantos desaparezcan de las Misas; sí debemos estar atentos – como en todo tiempo litúrgico – al repertorio que seleccionamos. Los instrumentos musicales sólo se permiten para sostener al canto y sirven simplemente para la afinación del coro.
La cruz, signo central de este tiempo
Como en cualquier tiempo litúrgico, también el canto y la música pueden ayudar a las personas a prepararse de la mejor manera a la festividad de la Pascua. Ya en el canto de entrada se tiene que hacer entender, al principio de la Misa, que estamos en tiempo de Cuaresma. Se podría empezar, por ejemplo, con una letanía de los Santos como signo del bautismo y como ejercicio cuaresmal. Ella es un anticipo de la Vigilia Pascual donde volveremos a cantarlas para renovar nuestras promesas.
La cruz es un signo central de este tiempo que se podría destacar en la procesión de entrada. Así también los cantos que durante la Adoración de la Cruz hacen referencia al misterio de la Redención, al triunfo del crucificado, a la fuerza del amor que vence a la muerte y al pecado, y a nuestro seguimiento sincero y fiel del camino que abre la Cruz. Para el comienzo de las celebraciones se puede elegir un canto que nos introduzca en el sentido de nuestro caminar hacia la Pascua.
El valor de la austeridad
En el período Cuaresmal se debe tener en cuenta el valor de la austeridad, del silencio contemplativo y penitencial. El Acto penitencial deberá ser especialmente destacado, sobre todo con el silencio prolongado y con un canto penitencial que sea apropiado. Los salmos tienen una importancia enorme al momento de contemplar y responder a la primera lectura
Es importante subrayar que durante este tiempo de Cuaresma no se canta el Aleluya, incluidas las fiestas y las solemnidades. Se sustituye por una breve aclamación, y lo volveremos a cantar ya en el tiempo de la Pascua para anunciar la resurrección del Señor. Asimismo, se omite también el canto del Gloria que, al contrario del Aleluya, se puede cantar en la fiesta de San José del 19 de marzo.
También el canto final de la Misa sería preferible omitirlo y sería otro signo más de la austeridad cuaresmal. Si se canta, que sea especialmente breve y adecuado remitiendo siempre al itinerario pascual.
Durante este tiempo de Cuaresma es importante dedicar un tiempo semanal a ensayar los cantos pascuales de modo que no sólo atendamos a una necesidad práctica con vistas a las fiestas y al tiempo litúrgico que se aproximan, sino que contribuyamos pastoralmente a vivir la Cuaresma como un camino hacia la Pascua, creando el deseo de anhelar su celebración.