El solidario comentario del obispo de Palencia: "No solo saciad nuestra sed, sino la sed de los demás"
Don Manuel Herrero ha dejado su reflexión sobre el Evangelio de este domingo de Cuaresma, 15 de marzo
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El obispo de Palencia, Don Manuel Herrero, ha querido dejar un comentario sobre el Evangelio de este domingo de Cuaresma, 15 de marzo.
“Estamos en el tercer Domingo de Cuaresma y la Iglesia nos ofrece el texto evangélico de San Juan, el de la Samaritana. Ese pasaje entrañable que tiene muchos niveles y profundidades. Nos presenta a la Samaritana que va con su caldero al pozo de Jacob para sacar agua. Jesús se presenta y le pide beber: "Dame de beber”. Ella entiende que tiene sed pero Jesús, rompiendo todas las diferencias sociales, -porque Jesús era judío y con las samaritanas no se hablaban- rompiendo fronteras y tendiendo puentes le dice que le dará un agua nueva, el Espíritu Santo, que saltará hasta la vida eterna.
¿Qué nos dice esto a nosotros? Como la Samaritana, a veces tenemos que ir a los pozos para alimentar y saciar nuestra sed. Porque en el camino de la vida nos entra también el cansancio. Necesitamos, por referencias, las ideologías, las filosofías o corrientes espirituales. ¿Pero sacian de verdad? El único que sacia es Jesucristo. Así lo experimentó la Samaritana y así lo experimentamos todos los cristianos. La Samaritana descubrió quien era ella, cual era su sentido de vida y no solamente eso, sino que se hizo misionera. Lo anunció a los demás, a sus vecinos, como tenemos que hacerlo nosotros. Ojalá vayamos a Cristo donde está para nosotros la fuente de agua viva del Espíritu.
Y una segunda consideración. A mí me enternece ver a Jesús sentado cansado. Era el mediodía, junto al pozo. Cansado y pidiendo agua. Dios tiene sed de nuestra sed, de nuestra fe, de nuestro amor. ¿Se lo daremos? El cristiano tiene que corresponder a la sed de Cristo que sigue siendo real, sobre todo en nuestros hermanos, los que sufren. Id a Cristo y desde Él no solamente saciad nuestra sed, sino la sed de los demás.
Buen domingo y que el Señor nos dé siempre su Espíritu para vivir con sentido trascendente y para vivir, sin duda alguna, como resucitados”.