TUTORIAL | El vídeo que explica cómo es la imposición de las cenizas en un año marcado por la pandemia

La Iglesia Católica inicia, con el Miércoles de Ceniza, el tiempo litúrgico de la Cuaresma en el que los fieles están llamados a trabajar de manera especial en la conversión

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Lucía Para

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

La Iglesia Católica inicia este 17 de febrero, con el Miércoles de Ceniza, el tiempo litúrgico de la Cuaresma en el que, durante 40 días y a través de la vivencia del ayuno, la oración y la limosna, los fieles se preparan para la Semana Santa en la que se actualizan los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús. En este tiempo los fieles están llamados a trabajar de manera especial en la conversión personal, exhortación que durante la imposición de las cenizas expresa el celebrante con las palabras: "Convertíos y creed en el Evangelio".

¿Cómo se va a realizar el rito del Miércoles de Ceniza en este año de pandemia?

El rito del Miércoles de Ceniza no tiene ninguna variación como tal. El cambio se produce en la manera de imponerla. Otros años, el sacerdote va persona a persona, le realiza la señal de la Cruz en la frente o en la cabeza, aunque lo más propio es en la cabeza, y le dice: “Conviértete y cree en el Evangelio”.

Este año se va a hacer de otra manera. La bendición es igual, solamente que, en el momento de imponer la ceniza, previamente se dice “Conviértete y cree en el Evangelio”. Después se va acercando cada fiel a recibir la ceniza que sin tocarle se le echa un poco por encima.

¿Qué diferencia hay en este rito con respecto a años anteriores?

En los años anteriores, la ceniza era el ritual con la bendición. En el momento de la ceniza no se decía la fórmula al principio, sino que simplemente se acercaba un fiel y el sacerdote directamente le decía: “Conviértete y cree en el Evangelio”.

Este año, a diferencia del otro, cuando el cura le impone la ceniza a la persona, no le debe tocar la cabeza, es decir, se hace a unos centímetros para no tocar a la persona y evitar cualquier tipo de contagio. No obstante, la fórmula siempre es válida. La idea de Jesús Luis Sacristán es dejar a la persona la ceniza para el inicio de la Cuaresma, y así, que pueda vivirla intensamente. El signo queda siempre hecho.

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