La contundente carta de un médico a los que han condenado a "morir" a Vincent Lambert
La doctora Béatrix Paillot recuerda a los que condenan a "morir" a Vincent Lambert que este será el primer caso de muchos de una "eugenesia del Estado"
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Vincent Lambert es, todavía, un enfermero francés de 42 años. Lleva 11 años postrado en una cama, sin poder valerse por sí mismo, debido a un accidente de tráfico que sufrió en 2008. El pasado martes, los tribunales y los médicos decidieron por él y sus padres: se le van a retirar los tratamientos de alimentación e hidratación que le mantienen con vida. La doctora Béatrix Paillot ha escrito una contundente carta a ese equipo de sanitarios encargados de quitarle la vida a Lambert: "Dejar morir no es lo mismo que hacer morir".
La especialista en geriatría y cuidados paliativos alerta en la misiva al doctor Vincent Sánchez - que encabeza el equipo que desconectará a Lambert - que lo que va a acometer es "un acto de matar". Se refiere con ello a un acto de "eutanasia por omisión", escribe en Gènétique. La sanitaria denuncia la ingeniería social del Estado y los medios de comunicación en este caso, como punto de partida a una "sutil operación de eugenesia". "Detrás de Vincent Lambert vendrán numerosas personas discapacitadas, y en particular ancianos que van a correr la misma suerte", afirma.
La primera vez que se le dio la noticia a Lambert, esta fue su reacción. La recogió su madre en este vídeo en el que le dice: "¡No llores, hijo mío!" La decisión es, a día de hoy, oficial. Los padres de Vincent Lambert, Vivianne y Pierre, han luchado en los tribunales e incluso en la ONU por defender la vida de su hijo. Junto a ellos, sus abogados, la Iglesia católica de Francia e incluso el Papa Francisco desde Twitter. Sin embargo, el Tribunal de Casación de Francia falló a favor de la desconexión de Vincent Lambert, y los médicos van a quitarle la vida.
La contundente carta de un médico a los que condenan a "morir" a Vincent Lambert
Querido colega:
Vincent Lambert no se encuentra en estado terminal. Es solamente un hombre severamente discapacitado. Dejar de alimentar y de hidratar es un medio infalible para provocar la muerte. Dejar morir no es lo mismo que hacer morir.
Suspender deliberadamente la alimentación y la hidratación artificiales de una persona discapacitada que no se encuentra en estado terminal es hacer morir. Es eutanasia por omisión.
El Consejo de Europa declara: “La eutanasia, en el sentido de muerte intencional por acción o por omisión de un ser humano dependiente para su supuesto beneficio, debe ser siempre prohibida” (Resolución 1859 del 25 de enero de 2012).
¡Atención!, porque usted está llevando a cabo un acto de matar cuyo alcance no está midiendo.
Le está usted haciendo el juego al Estado francés, que se sacó de la manga la ley Leonetti-Claeys para resolver hábilmente los problemas económicos del país. Cuantas más personas discapacitadas mueran antes de tiempo, más se ahorra la seguridad social y más se resuelven los problemas de las pensiones. Es una sutil eugenesia de Estado…
En Inglaterra se quiso aprobar una ley para autorizar el suicidio médicamente aistido de personas llegadas a su último año de vida, confesando que es en ese último año de vida cuando las personas enfermas o discapacitadas resultan más caras para la seguridad social… Con este planteamiento, la ley no fue aprobada.
Pero la ley Leonetti-Claeys permite lo mismo hábilmente sin decirlo…El truco consiste en conseguir que la personas discapacitadas tomen esa decisión, haciéndoles creer que sus vidas se han convertido en inútiles. Y los medios se encargan de manipular las conciencias diciendo que las personas discapacitadas son una carga para la sociedad. De esta forma, el Estado lo organiza todo para permitir que se interrumpan prematuramente esas vidas sin que parezca que haya intervenido para nada.
Es totalmente lo contrario a la cultura y la ética del acompañamiento y de los cuidados paliativos, que desde su fundamento están al servicio de la vida humana hasta su conclusión natural. Y sin darse cuenta del todo de ello, usted se ha convertido en un eslabón de la cadena de esta eugenesia de Estado. Un día lo comprenderá usted, y temo que será demasiado tarde.
Detrás de Vincent Lambert vendrán numerosas personas discapacitadas, y en particular ancianos que van a correr la misma suerte. Eso ya ha comenzado a pasar, pero en poco tiempo va a adquirir proporciones que amenazan ser terribles.
Usted está abriendo las compuertas a una monumental eugenesia de Estado que implica crímenes contra la humanidad, porque este eugenesia está organizado por el Estado mediante leyes perversas que los tribunales se encargan enseguida de aplicar.
Cooperando con ello, los profesionales de la salud se dejan manipular completamente por el Estado y los medios de comunicación sin darse cuenta. El movimiento por los cuidados paliativos fue totalmente engañado por el señor Leonetti, que es un buen orador, pero quien, sobre todo, encontró la forma hábil de ahorrarle dinero al Estado.
Ésa es la verdad. Reconózcala cuando aún está a tiempo.
Discúlpeme por decirle las cosas de forma tan simple, pero en conciencia, si no le decía nada, me arriesgaba a ser cómplice, no solamente de un asesinato, sino de todos los que van a venir después, una vez que se haya puesto fin a la vida de Vincent Lambert.
La traducción de la carta, leída en Religión en Libertad, es de Carmelo López Arias.