El testimonio de una enferma terminal de cáncer que marcó de por vida al capellán Francisco Gabaldón

El capellán ha defendido en 'Creer hoy' que es necesaria una normativa que garantice los cuidados paliativos a quien sufre una enfermedad terminal

El testimonio de una enferma terminal de cáncer que marcó de por vida al capellán Francisco Gabaldón

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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El Congreso de los Diputados ha aprobado continuar con la tramitación de la ley que regularía la eutanasia en España. Un asunto que no ha pasado por alto el capellán de las Hermanas Clarisas de La Inmaculada y San Pascual, Francisco Gabaldón, en el programa ‘Creer hoy’ de COPE.es

El capellán ha defendido que en nuestro país es mucho más necesario una normativa que garantice los cuidados paliativos a quien lo sufre, para acompañarles hasta el final de su vida en la tierra: “El final de la vida no depende de cada uno de nosotros. No está en manos de nadie. La eutanasia es la visión individualista y reduccionista del ser humano. Desvincula la libertad de la responsabilidad”, ha subrayado.

A su juicio, lo más importante es “cuidar y aliviar, no quitarse del medio los problemas apartando al ser humano que está en el final de esta vida”. Y es que para el Padre Gabaldón, la solución de los problemas jamás ha de ser la muerte: “Hay que ayudar proponiendo opciones que ayuden y alivien. El hecho de que los enfermos lleguen a este momento sin posibilidad de curación, no quiere decir que sean incuidables”, remarca el capellán.

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El capellán Francisco Gabaldón, en Creer hoy: A la hora de terminar con la vida, Dios nunca se equivoca

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Un proceso, el del final de la vida, en el que la fe nos puede iluminar, tal y como asegura el capellán de las Hermanas Clarisas de La Inmaculada y San Pascual: “Dios actúa en el corazón de las personas hasta el último momento. No podemos saber lo que ocurre a las personas, por ejemplo, cuando están en estado vegetativo. Para nosotros, es un sufrimiento y que su vida está muy reducida, pero lo que ocurre en el corazón de esa persona y en su relación íntima en la forma más espiritual no sabemos qué puede ser. Por eso, debemos entender lo que es el misterio del Señor y el misterio de la enfermedad. No podemos creernos dueños y señores, que es Dios”.

Además, ha añadido que Dios nunca se equivoca a la hora de determinar el final de nuestra estancia en la Tierra: “Tu y yo nos podemos equivocar al escoger el momento adecuado, pero Dios no. Siempre será lo adecuado. Los hombres nos equivocamos, por lo que hay ciertas cosas que conviene que no esté en nuestras manos, sino en manos de Dios”.

Tal y como informó COPE.es, tan solo el 40% de los pacientes que precisan de cuidados paliativos lo obtiene. Un porcentaje que nos sitúa a la cola de Europa en esta especialidad, y que nos obliga, según el Padre Francisco Gabaldón, a reflexionar: “La sociedad debería indicir en esto. La propuesta de una ley para poner en manos de otros el quitar la vida de los enfermos, no es acorde. Hay que intentar que se pueda atender de mejor manera a aquellos que lo necesitan realmente. Que todo el mundo tenga una atención digna en un final digno”.

En su tarea como capellán, el Padre Francisco ha conocido el testimonio de numerosos feligreses o familiares que han pasado por este trance. En este punto, jamás olvidará su experiencia con una fiel que se encontraba en proceso terminal: “Fue un testimonio que no se me borrará de la mente, al tratarse de una mujer joven. Su familia rezaba con ella. Era consciente de que su vida en la Tierra finalizaba, pero su oración fue agradecida, porque sabemos que la vida no es nuestra. Y daba gracias a Dios porque esa experiencia de dolor le había hecho descubrir la grandeza del amor de Dios y el sentido de la vida.

Antes de sufrir la enfermedad no era consciente de ello. Por ello, daba las gracias a que esa experiencia, pese a ser dolorosa, superara con creces el descubrimiento de ese amor de Dios. Quiso ser testigo de que esa realidad sufriente le sirviera a ella y también a sus hijos y marido de que Dios les iba a querer siempre, y que no tengan miedo. Es un testimonio que se da muy a menudo, pero no se publicita”.