El primer obispo afroamericano para Washington: un referente en la lucha contra los abusos y el racismo
Wilton Gregory es el nuevo arzobispo de la capital estadounidense. Es uno de los líderes del episcopado del país que más ha luchado contra los abusos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Un afroamericano, el primero, para una diócesis donde esta cultura tiene un gran peso, nombrado el día en el que se conmemora el 51 aniversario de la muerte de Martin Luther King y curtido en la batalla contra los abusos sexuales a menores dentro de la Iglesia –fue presidente de los obispos estadounidenses durante la crisis de 2002 destapada por el Boston Globe–, parecen ser los mensajes que el Papa Francisco quiere lanzar con la elección, dada a conocer este jueves, de Wilton Gregory, hasta ahora en Atlanta, como arzobispo de Washington para sustituir al cardenal Wuerl, cuya renuncia fue aceptada el pasado mes de octubre.
Por tanto, su nombramiento puede entenderse en dos direcciones: un guiño a la comunidad afroamericana muy numerosa en Washington y la voluntad de hacer frente con determinación al escándalo de los abusos que se vive en la diócesis desde que saltó el caso McCarrick.
De 71 años, Gregory ha sido uno de los grandes impulsores de la implementación de medidas protección a menores tras el escándalo de Boston en todo el país, primero desde la vicepresidencia de la conferencia episcopal y luego como presidente. Antes, en la diócesis de Belleville, Illinois, llevó a cabo un proceso para recuperar a esta pequeña diócesis. Más de 30 personas –se trata de una diócesis pequeña, con 110.000 fieles católicos– denunciaron abusos, según el digital estadounidense Crux.
El prelado también ha sido una de las voces que más ha denunciado el racismo. Por ejemplo, después de los lamentables hechos acaecidos en Charlottesville, donde un supremacista blanco mató a una mujer tras lanzar su coche contra una manifestación que protestaba por la presencia de ultraderechistas en la ciudad. Entonces, Gregory animó a los obispos "a levantar la voz y a condenar los hechos" y a mantenerse al lado de aquellos se manifiestan en sus comunidades. Sino, decía, significaría una aprobación.
Además de la cuestión racial, el nuevo arzobispo de la capital de los Estados Unidos también ha escrito sobre inmigración y contra la pena de muerte y la eutanasia.
Su primeras palabras públicas tras hacerse pública la noticia fueron para agradecer al Papa Francisco la confianza y para manifestar a sus nuevos diocesanos su deseo de entrarse con ellos y de abordar los problemas existentes.